La gota es una enfermedad provocada por la acumulación de ácido úrico en el interior de las articulaciones, en donde puede formar una especie de pequeños “cristales”, los cuales causan una inflamación dolorosa, enrojecimiento y aumento de la temperatura.
Aunque se puede presentar en diferentes articulaciones, normalmente afecta al dedo gordo del pie y también puede impactar los tendones. Si no se tratan adecuadamente, los ataques de gota pueden repetirse y terminar convirtiéndose en un problema crónico, ocasionando graves daños.
Se trata de un químico presente en la sangre que se forma cuando el organismo descompone las purinas, una sustancia de desecho presente de manera natural en el cuerpo y en algunos alimentos.
Los cristales generados por este ácido pueden atraer glóbulos blancos, lo cual provoca dolor e inflamación en la articulación, así como un aumento de la temperatura. En ocasiones, los cristales se acumulan en pequeños bultos bajo la piel o forman cálculos en los riñones o vías urinarias.
Según un estudio realizado por expertos de la Universidad de Oxford, Reino Unido, a más de 11 personas con diagnóstico de ácido úrico se logró determinar un relación entre esta afección y las enfermedades neurodegenerativas.
Esta enfermedad se asoció con una incidencia de un 43 % mayor de la enfermedad de Parkinson y casi siete veces la tasa de temblor esencial probable en comparación con aquellos que no la padecen. Durante el seguimiento del estudio UK Biobank, las muertes entre los pacientes con gota fueron más del doble que las de los controles (11 % frente a 5 %).
Los expertos encontraron notables vínculos entre esta dolencia y las enfermedades neurodegenerativas, donde afectan diferentes actividades que hace el cuerpo, como el equilibrio, los movimientos, el hablar, el respirar y funciones en el corazón, así lo indicó la revista Nature Communications.
El estudio demostró que en una combinación de enfoques observacionales y genéticos, los pacientes con gota tiene volúmenes cerebrales globales y regionales de materia gris más pequeños, pero marcadores de hierro cerebral más alto. Asimismo, detalló que las personas con esta afección también tenían mayor incidencia de demencia por todas las causas, especialmente los tres primeros años de diagnóstico.
Al respecto, los expertos sugieren que los individuos que padecen de ácido úrico debe estar monitoreados por síntomas cognitivos y motores de la enfermedad neurodegenerativa por su mayor riesgo.
Además, la gota está relacionada con varias medidas de la estructura cerebral. “La menor reserva cerebral entre los pacientes con gota puede explicar su mayor vulnerabilidad a múltiples enfermedades neurodegenerativas. Las deficiencias motoras y cognitivas pueden afectar a los pacientes con gota, especialmente en los primeros años después del diagnóstico”, concluyeron.
El ácido úrico puede presentarse en cualquier momento de la vida, es más recurrente en personas mayores o de mediana edad. En los varones es más común entre los 35 y los 50 años, mientras que las mujeres la sufren normalmente después de la menopausia.
Según el Colegio Americano de Reumatología, son varias las causas que pueden generar este padecimiento. Por un lado, debido al aumento en la producción de ácido úrico y, por otro, a que los riñones no pueden eliminar adecuadamente el ácido úrico del cuerpo.