Lejos del horror de los primeros tiempos de la pandemia, que comenzó hace cerca de cuatro años ya, en enero de 2020, el covid-19 se volvió menos peligroso aunque sigue siendo un problema importante de salud pública en casi todos los países del mundo.
En este 2023 se marcó una nueva etapa en la normalización del covid-19. La tendencia se aceleró ya el año anterior, después de unos 2020 y 2021 dominados por una pandemia de efectos históricos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no considera desde mayo que el covid constituya una emergencia internacional. Si bien sigue afirmando que la pandemia continúa, esa decisión es altamente simbólica.
El año también vio el final del “covid cero”. China, último gran país en aplicar esta política de excepción que busca eliminar la circulación de la enfermedad y no sólo limitarla, la abandonó por ejemplo a principios de año.
Por ello, una infección por covid-19 parece hoy mucho menos peligrosa que en 2020, cuando numerosos países decretaron confinamientos sin precedentes frente a los efectos mortales del SARS-CoV-2, el virus causante de la epidemia.
El cambio de perspectiva es resultado de vacunas eficaces distribuidas desde 2021 y de la inmunidad adquirida por la población en oleadas sucesivas de infecciones por el virus. La letalidad “disminuyó mucho en comparación con la era pre-vacunal”, declaró Antoine Flahault, epidemiólogo de la universidad de Ginebra. “Es del orden de uno por mil o quizás menos”, un nivel comparable con una infección estacional por el virus de la gripe, aunque es arriesgado designar cuál de los dos es el más peligroso.
Una nueva variante, en el ojo de la ciencia
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado, debido a su rápida propagación, una nueva variante de este virus: se trata de la JN.1, que ha denominado como una nueva variante de interés (VOI), separada del linaje original BA.2.86.
Sin embargo, la evidencia científica disponible muestra que el riesgo adicional para la salud pública mundial que plantea se considera actualmente bajo.
“Con la llegada del invierno en el hemisferio norte, la variante JN.1 podría aumentar la carga de infecciones respiratorias en muchos países”, advierte la OMS en un comunicado. En el mismo señala que está monitoreando continuamente la evidencia y actualizará la evaluación de riesgos de JN.1 según sea necesario.
Asimismo, confirma que las vacunas actuales continúan protegiendo contra enfermedades graves y la muerte por JN.1 y otras variantes circulantes del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19.
Por otro lado, recuerda que la COVID-19 no es la única enfermedad respiratoria que circula, ya que la gripe, el VSR y la neumonía infantil común están en aumento. Por este motivo, aconseja a las personas que tomen medidas para prevenir infecciones y enfermedades graves utilizando todas las herramientas disponibles.
Éstas incluyen usar mascarilla cuando se encuentre en áreas concurridas, cerradas o mal ventiladas, y mantener una distancia segura de los demás, en la medida de lo posible; cubrirse al toser y estornudar; lavarse las manos regularmente; mantenerse al día con las vacunas contra el Covid-19 y la gripe, especialmente si tiene un alto riesgo de padecer una enfermedad grave; quedarse en casa si lo estás enfermo y hacerse la prueba si tiene síntomas o si pudo haber estado expuesto a alguien con Covid-19 o la gripe.
* Con información de Afp y Europa Press.