La piel es el órgano más grande del cuerpo. Es como la forma natural de empacar o cubrir el organismo. Sirve de protección a las infecciones, al calor, a las lesiones. Además, regula la temperatura corporal, almacena agua y grasa y tiene uno de los cinco sentidos prácticamente a su absoluto dominio, el tacto.
“A lo largo de todo el cuerpo, varían las características de la piel, tales como su grosor, color y textura. Por ejemplo, la cabeza contiene más folículos capilares que cualquier otro lugar, mientras que las plantas de los pies no contienen ninguno. Además, las plantas de los pies y las palmas de las manos tienen una piel mucho más gruesa que otras zonas del cuerpo”, enseña Stanford Medicine.
Entonces, además de ser el órgano más grande, también según la zona del cuerpo varía su composición y función. Pero a pesar de estas diferencias, y acuerdo con la dermatóloga y nutricionista de Nueva York, Cheryl Karcher, es claro que “la piel es un reflejo de la salud total del cuerpo”.
Y eso también significa que los alimentos, hábitos y el estado mental influirán en lo más visible de sí, la piel.
En cuanto a la alimentación, hay algunos componentes que la afectan directamente. Y hay que tener claro que, como en la mayoría de situaciones, más que limitar de tajo el consumo, se puede equilibrar la cantidad que se ingiere.
1. Carnes procesadas
Este tipo de producto tiende a contener una buena cantidad de grasa saturada y de sal. Este último componente hace que se deshidrate la piel y provoca retención de líquidos e hinchazón. A esto se le suma que contiene nitritos, un compuesto relacionado con el desarrollo de cáncer.
“Los estudios han demostrado que el consumo regular de carne roja, especialmente cuando es procesada, conlleva riesgos para la salud. Aunque no es necesario que se suspenda completamente el consumo de carne roja, la mayor parte de la alimentación debe componerse de verduras, frutas, legumbres, frutos secos y cereales integrales”, señala la Dra. Heather Fields, de la Comunidad de Mayo Clinic en Scottsdale, Arizona.
2. Alcohol
De acuerdo con los nutricionistas Christina Mandolfo y Meg Hagar, el cuerpo identifica el alcohol como toxina y puede inflamar la piel; y por la misma composición de la bebida alcohólica se elevan los niveles de azúcar en la sangre.
“Consumir bebidas alcohólicas deshidrata la piel y eso se nota principalmente en las líneas faciales superiores. También colabora a la hinchazón en los párpados inferiores del ojo, de acuerdo al resultado de un estudio a mujeres de entre 18 y 75 años de edad en el 2019, afirma el cirujano plástico Amir Karam”, señala El Diario.
3. Alimentos y bebidas azucaradas
Esta es una categoría muy catalogada, en general, como perjudicial para la salud. Se conoce con certeza por varios estudios que las bebidas azucaradas tienen efectos metabólicos adversos a solo dos semanas de haber iniciado su consumo.
“La evidencia demuestra que el ingerir bebidas endulzadas con jarabe de maíz de alta fructuosa induce en la sangre un porcentaje mayor de partículas que transportan “colesterol malo” (lipoproteínas de baja densidad; LDL), lo que aumenta el riesgo de padecer ácido úrico, enfermedades cardiovasculares como infarto al miocardio y en consecuencia, un mayor riesgo de muerte”, explican en la publicación de American Journal of Clinical Nutrition.
En cuanto a los alimentos azucarados, estos contienen hidratos de carbono simples, cuyo consumo abundante hace que el organismo trabaje excesivamente y se acumulen en el cuerpo en forma de grasa, según explica el Ministerio de Salud de Paraguay.
En general, en ambos casos se puede generar un desequilibrio en la flora intestinal y efectos visibles, aparece el acné o erupciones en la piel. Y también por la inflamación que estos alimentos llegan a causar, se destruyen el colágeno y la elastina.
4. Leche
Se relacionan con la complicación de los casos de eccema o psoriasis o con acné. En parte porque la leche de la vaca contiene un 70% de saturados y un 30% de poliinsaturados, “con lo que puede provocar un aumento del colesterol y de las grasas saturadas en sangre, lo que es perjudicial”.
Aun así, añaden desde Orliman, “la leche es tan beneficiosa o perjudicial como muchos otros alimentos. Tener una buena salud ósea, una buena salud cardiaca o no padecer cáncer dependerá de muchos factores como los hábitos de vida o seguir una dieta alimenticia sana. Teniendo en cuenta la capacidad de nutrición que ofrece la leche, un consumo moderado no tiene por qué ser perjudicial”.
5. Carbohidratos refinados
Este tipo de productos, específicamente de alto índice glucémico, como el pan de harina refinada, “generan un incremento en el nivel de azúcar en sangre. Esto activa las glándulas sebáceas que resultan en acné, y además provoca mayor riesgo a padecer diabetes tipo 2″, especifica El Diario.
Entonces, ¿cómo cuidar la piel?
Puede parecer un reto de equilibrista tener la piel saludable, pero con aprendizaje sobre el tema y disciplina es posible cuidar al órgano más grande del cuerpo. En ese sentido, para no solo hablar de lo dañino, Mayo Clinic recuerda cinco recomendaciones para cuidar la piel.
1. Protegerse del sol
- Usar protector solar.
- Buscar lugares con sombra.
- Usar ropa de protección.
2. No fumar.
3. Tratar la piel con suavidad
- Limitar la duración del baño.
- Evitar los jabones fuertes.
- Afeitarse con cuidado.
- Secarse con golpecitos.
- Humectar la piel seca.