El término anosmia se volvió popular con la circulación de la covid-19 en el mundo. Se trata de una pérdida parcial o total del sentido del olfato, que no solo afecta la capacidad para identificar algunos olores, sino que puede causar que los pacientes no sientan el gusto de los alimentos a la hora de comer.
Aunque se trataba de uno de los síntomas característicos de la covid-19, sobre todo entre el 2020 y el 2021, las personas que contraen esa enfermedad en la actualidad ya no presentan anosmia con tanta frecuencia. No obstante, la evidencia científica muestra que también podría ser causada por la contaminación.
La empresa británica Zoe Limited se ha dedicado a recoger los datos de las personas que se enferman de la covid-19 y ha hecho un ranking de cuáles son los síntomas más comunes. De acuerdo con sus cifras, la anosmia ya no está entre los cinco signos más comunes.
¿A qué se debe este cambio? Zoe ha señalado que corresponde a la aparición de nuevas variantes y subvariantes del coronavirus, que causan respuestas distintas en el organismo en comparación a la variante original. Por eso, según los datos más recientes, las personas han empezado a reportar otras manifestaciones como tos seca, dolor de garganta, estornudos y congestión nasal.
Sin embargo, los científicos han identificado que la covid-19 no es la única amenaza para el sentido del olfato de los seres humanos, una situación que podría agravarse en los próximos años. De hecho, hay evidencia científica que ha mostrado que la contaminación puede tener efectos negativos en la capacidad que tienen las personas para percibir los olores.
Específicamente, hay preocupación por la alta presencia en el aire de PM2.5, un grupo de sustancias de material particulado que son nocivas para el organismo y miden menos de 2,5 micras, lo cual les permite flotar.
Entre otras cosas, el PM2.5 incluye material particulado expulsado por algunos vehículos, partículas de polvo, hollín, metal y distintas sustancias químicas orgánicas. La exposición a este grupo de materiales podría generar distintas afectaciones para el sistema respiratorio y, además, anosmia.
Varios estudios se han dedicado a investigar cuáles son los efectos de este material particulado en la salud. De hecho, un artículo científico publicado en la prestigiosa revista científica Journal of the American Medical Association analizó cuál era la relación que tenía la exposición al PM2.5 la pérdida del olfato.
El grupo de científicos que participó en la investigación empezó a recabar información sobre la capacidad que tenían los pacientes para identificar distintos tipos de olores. Así, siguieron a cerca de 2.690 pacientes que habían sido atendidos en el hospital estadounidense Johns Hopkins, ubicado en la ciudad de Maryland, en el estado de Baltimore, durante unos cinco años.
Entre los pacientes analizados había 538 que habían presentado síntomas de anosmia y un grupo de control de 2.152 participantes sanos. “La mayoría de los individuos en los grupos de casos y controles eran mujeres, pacientes de raza blanca, tenían sobrepeso y no fumaban”, puntualizan los autores de la investigación.
Entre los hallazgos que hicieron, encontraron que aquellos pacientes que habían presentado síntomas de anosmia vivían en zonas donde la exposición media a PM2.5 era “significativamente mayor” con respecto a las zonas donde vivían los individuos que se encontraban sanos.
Además, quienes estuvieron en ambientes más contaminados con material particulado habían presentado estos signos con mayor frecuencia a los 12, 24, 36 y 60 meses, tiempos de corte del análisis.
“Incluso pequeños aumentos en la exposición ambiental a PM2.5 pueden estar asociados con anosmia”, indicaron los autores de la investigación. El problema es que en un mundo que está cada vez más contaminado son más altas las probabilidades de que las personas pierdan el olfato.
A su vez, los autores del estudio advirtieron que la anosmia puede tener “profundas implicaciones” para la calidad de vida de los pacientes y también puede ayudar a predecir la fragilidad de la salud y la mortalidad de los pacientes.