Los casos de covid-19 en Colombia volvieron a romper la barrera de los 2.000 semanales después de casi tres meses, según el reporte más reciente del Ministerio de Salud. Solo entre el 18 y el 24 de noviembre se documentaron 2.112 contagios nuevos.
La positividad (la proporción de pruebas que salen positivas entre todas las que se practican) aumentó al 3,76 %. Se trata de un indicador que permite determinar qué tanto está contagiando el coronavirus y que subió a los mismos niveles registrados a finales de agosto pasado, cuando el país estaba atravesando un quinto pico de la pandemia.
Vale decir que la cantidad de pruebas se redujo en comparación a la semana pasada. En la última semana se hicieron 35.968 y la semana anterior se practicaron cerca de 39.824.
Mientras tanto, los casos activos (que miden la cantidad de personas que están enfermas en la actualidad) subió a 2.333, el dato más alto de los últimos dos meses.
Aunque, antes de este último boletín, el país llevaba tres semanas seguidas reportando un leve incremento en los contagios, el reporte de la última semana muestra que el alza de casos se está consolidando.
Las muertes, sin embargo, están a raya. Si bien en el boletín pasado habían incrementado los fallecimientos por covid-19, esta semana volvieron a retroceder. Esta semana se registraron 14 y la semana pasada 19.
¿La culpa es de ‘perro del infierno’?
El aumento en los contagios se dio al tiempo con la llegada de la subvariante de ómicron BQ.1, apodada ‘perro del infierno’, por lo cual hay hipótesis que la señalan de darle un nuevo impulso a la transmisión del virus.
El pasado 21 de noviembre, el Instituto Nacional de Salud (INS) confirmó que esa subvariante estaba circulando a nivel nacional. Reportó que había empezado a desplazar a las otras subvariantes de ómicron que estaban presentes en el país e incluso advirtió que ya se había vuelto la subvariante dominante.
De acuerdo con el boletín de vigilancia genómica del INS, la subvariante ‘perro del infierno’ ya estaba presente en el 34,6 % de los contagios nuevos, seguida de las subvariantes BA.5 con el 30,8 % de los casos y de BA.4 con el 15,4 %.
El boletín recogió datos tomados hasta el pasado 6 de noviembre, pero mostró que la subvariante ya estaba circulando en Colombia desde finales de octubre.
No obstante, los expertos dan un parte de tranquilidad frente a la aparición de estas nuevas subvariantes de ómicron.
Cuando se le preguntó por la subvariante ‘perro del infierno’, el doctor Luis Jorge Hernández, investigador de salud pública y profesor de la Universidad de Los Andes, advirtió que ese nombre no es oficial.
“‘Perro del infierno’ es una denominación para meter miedo y miedo injustificado. Se trata en realidad de unas subvariantes de ómicron BQ.1 y BQ.1.1″, explicó Hernández.
Y sobre la posibilidad de que esté detrás del incremento en los contagios, el experto indicó que “sí tiene que ver”, pero explicó que eso no implica que deba causar alarma entre los ciudadanos. De hecho, advirtió que no hay evidencia científica de que las personas que se enferman con esta variante desarrollen cuadros más graves de covid-19.
Así también lo indicó el INS en su última actualización de vigilancia genómica. Allí advirtió que también está circulando otra subvariante denominada XBB, apodada como ‘pesadilla’. Pero indicó que ninguna de las nuevas subvariantes que circulan en Colombia han representado incrementos en las tasas de mortalidad y hospitalización por covid-19 en otros países.
“En este momento, la OMS no ha considerado que estas subvariantes sean de preocupación, es posible que logren evadir en parte la respuesta inmunológica, por eso logran predominar en otra variante”, concluyó Hernández.