El dolor de rodilla es un síntoma que puede aparecer con calambres musculares, que hacen referencia a contracciones o espasmos súbitos, involuntarios en uno o más músculos. Por lo general, esto suele ser muy común después del ejercicio y pueden presentarse especialmente en las piernas, por la noche.
Según Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los calambres, si no se tratan a tiempo, pueden generar fuertes lesiones en la rodilla, que puede empezar como una molestia leve y luego empeorar poco a poco. Por ello, es fundamental tener buenos hábitos de vida como una alimentación rica en vitaminas y minerales, una práctica de ejercicio consciente, un descanso óptimo para recuperar la fuerza muscular y evitar hábitos poco saludables como fumar.
Además de esto, la suplementación vitamínica es esencial para mantener unas rodillas saludables. De hecho, cuando se presenta una deficiencia de vitamina D, suele incrementar el riesgo de padecer afecciones como la osteoporosis, que afecta principalmente las articulaciones como la rodilla y también se eleva el riesgo de provocar más dolores musculares, calambres e incluso debilidad muscular. Se ha demostrado que los suplementos de vitamina D reducen el riesgo de caídas al ayudar con la fuerza muscular.
Por otra parte, es clave tener en cuenta que la deficiencia en de esta vitamina también aumenta el riesgo de sufrir enfermedades como fibrosis quística, de Crohn y enfermedad celíaca.
Alimentos ricos en vitamina D
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) señalan los alimentos que se destacan por su contenido elevado de vitamina D:
- “Los pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado, se encuentran entre las mejores fuentes naturales de vitamina D.
- El hígado de ganado vacuno, la yema de huevo y el queso contienen cantidades pequeñas de vitamina D.
- Los hongos aportan algo de vitamina D. Algunos hongos se exponen a la luz ultravioleta para aumentar su contenido de vitamina D”.
Sobre esa misma línea, el portal web Tua Saúde indica otros alimentos ricos en este nutriente y la cantidad por cada 100 gramos que contienen.
- Aceite de hígado de bacalao: 252 mcg
- Aceite de salmón: 100 mcg
- Salmón: 5 mcg
- Salmón ahumado: 20 mcg
- Ostras crudas: 8 mcg
- Arenque fresco: 23,5 mcg
- Leche fortificada: 2,45 mcg
- Huevo cocido: 1,3 mcg
- Hígado de gallina: 2 mcg
- Yogur: 0,04 mcg
- Queso cheddar: 0,32 mcg
¿Cuánta vitamina D necesitan las personas?
- Bebés hasta los 12 meses: 10 mcg (400 UI)
- Niños de 1 a 13 años: 15 mcg (600 UI)
- Adolescentes de 14 a 18 años: 15 mcg (600 UI)
- Adultos de 19 a 70 años: 15 mcg (600 UI)
- Adultos mayores de 71 años: 20 mcg (800 UI)
- Mujeres y adolescentes embarazadas o en período de lactancia: 15 mcg (600 UI)
¿Cómo saber si se tiene la cantidad de vitamina D necesaria?
Es importante realizar exámenes médicos regularmente para verificar el estado de salud general. Durante estos chequeos, el doctor puede recomendar un análisis de sangre para conocer los rangos de vitamina D que tiene el organismo.
Este nutriente es importante, especialmente, para la salud ósea. Así lo indican los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
“Es un nutriente que el cuerpo necesita para fortalecer los huesos y mantenerlos saludables. Es por eso que el cuerpo solo puede absorber calcio, el componente principal del hueso, cuando la vitamina D está presente. La vitamina D también regula muchas otras funciones celulares en el cuerpo. Sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras contribuyen con la salud del sistema inmune, la función muscular y la actividad de las células cerebrales”, explica el portal.