Incluir fruta en la dieta diaria es una de las principales recomendaciones de los especialistas, pues es un alimento saludable y que aporta una serie de nutrientes al organismo. Además, la alimentación rica en frutas y verduras puede reducir el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas, precisan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).

Sin embargo, hay quienes piensan que cuando una persona sufre de diabetes no puede consumir muchos de estos alimentos, porque aumentan sus niveles de azúcar. No obstante, esto está muy relacionado con la forma en que se consuma, la cantidad y el momento de hacerlo.

Aunque las frutas tienen una gran cantidad de azúcar, cuando está fresca no contiene azúcares libres, que son los que pueden incidir en los niveles de glucosa en la sangre de una persona. De igual forma, la frutas también tienen una alta cantidad de fibra, lo que ralentiza la absorción del azúcar en el torrente sanguíneo, precisa información del portal Medical News Today.

“Varios estudios han demostrado que el consumo de frutas enteras puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes. Por lo tanto, una persona debe buscar eliminar otros carbohidratos de su dieta y dejar la fruta como parte de su rutina dietética normal”, asegura la citada fuente.

Además, cita un estudio realizado en 2017, en el cual los investigadores encontraron que el consumo de fruta fresca reducía el riesgo de una persona de desarrollar diabetes tipo 2. Otra de las conclusiones fue que las personas con diabetes que comían fruta fresca regularmente tenían un menor riesgo de desarrollar condiciones cardiovasculares u otro tipo de padecimientos.

Las más recomendadas, según el portal Tua Sáude, son aquellas que se pueden comer con piel o con bagazo, como las mandarinas, manzanas, peras, kiwis y naranjas, pues el bagazo aporta una buena cantidad de fibra a la dieta. Este nutriente reduce la velocidad con la que el cuerpo absorbe el azúcar de la fruta en el intestino, ayudando a mantener equilibrados los niveles de glucosa en la sangre.

Por el contrario, aquellas frutas ricas en carbohidratos, como las deshidratadas, en almíbar o los jugos naturales, aportan mucho azúcar y poca fibra, incidiendo directamente en los niveles de glucosa.

Por su parte, la Sociedad de Diabetes de Estados Unidos (ADA, por sus siglas en inglés), recomienda las siguientes frutas para ser incluidas en la dieta de un diabético.

  • Manzanas.
  • Duraznos.
  • Aguacates.
  • Bananos.
  • Moras.
  • Arándanos.
  • Melones.
  • Cerezas.
  • Toronjas.
  • Kiwis.
  • Mangos.
  • Naranjas.
  • Papayas.
  • Peras.
  • Piñas.
  • Ciruelas.
  • Fresas.
  • Mandarinas.

¿Cuál es el mejor momento para comerlas?

Una de las recomendaciones es que si una persona padece diabetes, esta consuma la fruta con otros alimentos, durante o después del desayuno, almuerzo o la cena, ya que los macronutrientes de las comidas, como las grasas y las proteínas, ayudan a reducir la velocidad con la que se absorbe el azúcar de la fruta en la sangre, precisa Tua Saúde.

Además de esto, antes del ejercicio también es importante realizar una comida adecuada para evitar que los niveles de azúcar disminuyan.

Un aspecto para tener presente es que, contrario de lo que sucede con la fruta fresca, los jugos de frutas durante una comida o por sí solos aumentan rápidamente los niveles de azúcar, por lo que lo mejor es evitarlos. Los expertos coinciden que en este caso lo mejor es consumir agua pura.

Quienes padecen de diabetes también puede incluir frutas secas en su dieta, siempre y cuando no se sequen con azúcar agregada. La ADA confirma que las frutas secas pueden ser una buena opción para las personas con diabetes, pero es muy importante controlar el tamaño de las porciones.