El proyecto de ley de reforma a la salud ya está radicado en el Congreso de la República y ya tiene coordinadores ponentes en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, que será el primer filtro del articulado. No obstante, aún hay varios sectores que han manifestado sus dudas frente a algunas de las propuestas que se esbozan en el articulado, entre ellos los pacientes.
Recientemente, la fundación Más que tres letras, que se enfoca en brindar información sobre el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), hizo públicas algunas dudas que manifestaron sobre lo que vendría para los pacientes que tienen ese diagnóstico si se aprueba el texto de la reforma a la salud tal como está.
Para empezar, la ministra de Salud, Carolina Corcho, y varios funcionarios del Gobierno nacional han insistido en que la prestación del servicio de salud no se interrumpirá durante el proceso de transición que propone la reforma entre el modelo de salud actual y el que se implementará una vez el proyecto se convierta en ley.
Esto se debe a que los pacientes pasarán de estar afiliados a una EPS a estar inscritos en los centros de atención primaria en salud, que les prestarán todos los servicios ambulatorios y, a su vez, los conectarán con las redes integradas e integrales de servicios en caso de que requieran una atención de mayor complejidad.
“Es principio de interpretación y fundamento de la transición que no podrá haber personas sin protección de su salud, sin afiliación o sin adscripción a los Centros de Atención Primaria Integrales y Resolutivos en Salud (Capirs), bajo las reglas del nuevo Sistema de Salud, de forma que se garantice en todo momento el servicio público esencial de salud y el goce efectivo del derecho fundamental a la salud”, se lee en uno de los apartes del articulado.
El proyecto, a su vez, plantea que las personas que se encuentran en una condición de salud crítica no serán trasladadas de forma inmediata, sino que seguirán siendo atendidas por la misma institución prestadora de salud (IPS) tanto tiempo como sea necesario. “De igual forma, se garantizará la gestión farmacéutica para el suministro de los medicamentos requeridos”, indica el articulado.
No obstante, para Más que tres letras aún hay varios aspectos que no quedan claros sobre la atención que recibirán los pacientes que tienen padecimientos crónicos o que requieren de una atención continuada por parte del sistema de salud.
Para empezar señalan que entienden que van a pasar de una EPS a un centro de atención primaria en salud. “¿Pero cómo se haría el cambio? ¿Podremos seguir en los programas de VIH en los que ya estamos? ¿Vamos a quedar un tiempo sin estar en un programa de VIH? El proyecto no lo especifica...”, sostuvieron.
Manifestaron dudas sobre los tratamientos que recibirían, pues advirtieron que en el artículo 5 del proyecto de ley se advierte que uno de los problemas más difíciles que deben afrontar las personas con VIH en la actualidad es que cuando deben cambiar de régimen contributivo a subsidiado una vez se quedan sin empleo. Por ello, sostuvieron que es clave aclarar qué sucedería con la unificación de regímenes.
Indicaron que en el artículo 5 del texto se advierte que les darán a los pacientes los mejores tratamientos disponibles, con lo cual se preguntaron si esto significa que los medicamentos que recibirán por medio de esquemas de primera línea serán los más modernos.
Señalaron que el articulado indica que los pacientes con padecimientos crónicos serán atendidos por las IPS que están enlazadas con los centros de atención primaria, con lo cual se preguntaron si esto quiere decir que se abrirán nuevas IPS para atender a personas con VIH.
Y, sobre todo, se preguntaron si la atención especializada para los pacientes con ese virus se les prestará cerca de sus casas o sus lugares de trabajo.
Ya que la reforma también advierte que queda expresamente prohibido negar la prestación de servicios de salud, se preguntaron si esto aplicará para migrantes irregulares y turistas que estén contagiados de VIH.
Así mismo, señalaron que falta ahondar más en la preparación del personal sanitario. “Vemos una gran oportunidad de pedagogía para los profesionales de salud, pero sentimos que no queda muy claro en todo lo que se habla en el capítulo XIII, que es de formación en salud”, sostuvieron.
Así mismo, indicaron que si bien consideran que el proyecto de ley tiene “buenas intenciones”, hay “cuestiones prácticas” sobre las cuales no hay suficiente claridad en el texto. Y señalaron que una de sus preocupaciones, que es compartida por otros sectores, es la forma como se va a financiar la implementación de los cambios que plantean.
“Pedimos al Ministerio de Salud que abra canales de comunicación, preguntas y respuestas, para que podamos entender bien cómo accederíamos a nuestros tratamientos”, concluyeron.