Mejorar los niveles de satisfacción durante la vida sexual es una de las preocupaciones más frecuentes entre las personas, aunque generalmente no se mencionen en voz alta.
Aunque generalmente las personas acuden a consejos y recomendaciones de su círculo cercano, lo cierto es que la ciencia ha avanzado lo suficiente como para dar algunas líneas sobre lo que realmente se necesita para tener una vida sexual más provechosa.
Peggy J. Kleinplatz, una terapeuta e investigadora sexual, ha desarrollado numerosas investigaciones sobre este ámbito de la experiencia humana y, durante sus estudios, ha encontrado algunos factores comunes que se presentan entre las personas que están más satisfechas con sus experiencias sexuales.
Kleinplatz adelantó investigaciones de la mano de otros autores de la Universidad de Ottawa, en Canadá, que han aportado mayor evidencia científica a la discusión.
Varios de sus hallazgos fueron recogidos en un libro llamado ‘Sexo Magnífico’, que a su vez fue reseñado por el medio británico The Guardian. Algunas de las recomendaciones fueron condensadas en un artículo de prensa.
Para las personas que participaron en los estudios y tuvieron mejores experiencias “el sexo se convirtió en una forma de conocerse a sí mismos y a sus parejas más plenamente. Era una forma de jugar y explorar juntos, de volvernos vulnerables unos con otros. Para emprender una aventura”, aseguró la educadora sexual Emily Nagoski, autora de Come As You Are: the Surprising New Science That Will Transform Your Sex Life.
En otras palabras, los niveles de satisfacción sexual están estrechamente relacionados con las capacidades de mantener una buena comunicación, tener inteligencia emocional suficiente para conectarse con la pareja y tener un conocimiento suficiente de los gustos propios.
Entre los hallazgos que se resaltaron en el libro, The Guardian dio 8 recomendaciones:
- Estar completamente presente: tener concentración en lo que se hace no solo sirve para actividades laborales o educativas. “Lo que me ayudó a sentirme más presente y enganchada en mis experiencias sexuales fue entrenarme para sentirme más presente y encarnado durante todo el día”, indicó la educadora sexual Ruby Rare, citada por The Guardian.
- Ampliar la definición del sexo: es importante que no solo se piense en que hay una manera única de tener sexo, es importante innovar para fijarse en otras partes del cuerpo propias o de la pareja y, con ello, descubrir otras formas de conseguir placer. También es importante no reducir el sexo al orgasmo, sino pensarlo más allá, en otras experiencias o actos previos.
- Comprometerse con los propios deseos: es importante que las personas se conozcan a sí mismas, que sepan cuáles son sus fantasías, qué es lo que realmente desean.
- Implementar la autocompasión: hay fantasías que, sin embargo, pueden producirles vergüenza a las personas, pero es clave que recuerden que esto puede ser común y por ello es clave entablar una relación de confianza con la pareja para comunicar esos aspectos.
- Es clave la honestidad: “Si nunca lo dices, es posible que nunca experimentes la satisfacción de hacerlo”, le dijo a The Guardian Emily Nagoski, educadora sexual. Por ello, hay que establecer una conversación sincera con las personas.
- La comunicación es fundamental: no solo es clave comunicar lo que se siente durante una experiencia sexual, sino que también se debe promover y tomar con apertura la retroalimentación.
La terapia también es una buena opción
Ir a terapia con un profesional de la salud que se especialice en sexología también puede ser una alternativa viable. De hecho, está probado científicamente que trabajar en este aspecto de la vida con el acompañamiento de un experto o una experta puede hacer la diferencia.
En una investigación que se publicó en julio de 2020 en la revista científica The Journal of Sexual Medicine (que también contó con la participación de la doctora , les hicieron un seguimiento a 45 parejas durante 6 meses.
El objetivo era “desarrollar una intervención rentable y accesible para tratar los problemas de deseo o frecuencia sexual, incluida la discrepancia del deseo sexual, mejorando la calidad de la intimidad erótica de las parejas”.
Las 45 parejas tenían en común que sufrían de “angustia” por el deseo sexual o baja frecuencia en los encuentros, por lo cual fueron intervenidas en una terapia de pareja grupal de 16 horas
“Los problemas de bajo deseo sexual o frecuencia pueden tratarse de manera efectiva mejorando la calidad de la conexión erótica de la pareja, creando así sexo deseable”, indicaron los autores del estudio. “La terapia grupal de mejora sexual para parejas proporciona un enfoque efectivo, accesible y asequible para las quejas de bajo deseo o frecuencia en parejas en dificultades”, concluyeron.