El tiempo sigue pasando y el virus de la covid-19 continuó siendo de principal interés en el mundo científico, principalmente porque no se ha encontrado el origen puntual de la infección que le cobró la vida a millones de personas de todo el mundo. Hace poco, la Organización Mundial de la Salus (OMS) indicó que los decesos siguen disminuyendo, aunque aún es el momento donde el coronavirus hace de las suyas.
En vista de la relevancia que tuvo y aún tiene el coronavirus, las investigaciones también siguieron siendo presentadas. Precisamente, un nuevo estudio consignó que las ratas noruegas que conviven con los neoyorquinos, en Estados Unidos, ingresaron al grupo de animales que pueden transmitir el virus que provocó la pandemia. No obstante, es necesario detallar que los científicos siguen abordando los temas relacionados con estos y otros animales.
La investigación fue recientemente publicada por mBio, de la Academia Estadounidense de Microbiología. Para llegar a dar las anteriores consideraciones, el grupo de investigación capturó un poco más de 75 ratas que habitaron en lugares como Brooklyn, puntualmente en la época de otoño de 2021. Los roedores fueron expuestos al virus SARS-CoV-2.
De acuerdo con el doctor Tom DeLiberto, coautor del estudio y coordinador del SARS-CoV-2 en el Servicio de Inspección Zoosanitaria y Fitosanitaria del Departamento de Agricultura de EE. UU., “la mayoría de las ratas fueron atrapadas en parques urbanos de Brooklyn, aunque algunas fueron capturadas cerca de edificios situados fuera de los límites de los parques”.
Con ello, se presentó que el 16,5 % de los animales (alrededor de 13 ratas) tuvieron anticuerpos IgG o IgM contra el virus, de modo que se sugirió una infección, de carácter previo, de la covid-19.
“Varios estudios han sugerido que se identificaron fragmentos de genomas de SARS-CoV-2 en sistemas de aguas residuales, y que la prevalencia de SARS-CoV-2 en sistemas de aguas residuales coincide con brotes en poblaciones humanas residentes”, consignó parte del estudio.
Sin embargo, el nuevo aporte precisó: “No hay pruebas que demuestren que los virus SARS-CoV-2 en aguas residuales sean infecciosos, lo que sugiere que las ratas de alcantarillado pueden haber estado expuestas al virus a través de la transmisión aérea, por ejemplo, la superposición de espacios de vida con los seres humanos o la transmisión indirecta de fómites desconocidos, por ejemplo, residuos de alimentos contaminados”.
En el estudio, una pareja de ratas dio un resultado positivo en análisis de sangre con ARN viral, pero no se descartó que aquellos seres seropositivos también puedan contraer el virus que provocó la pandemia. Asimismo, se asoció al virus con la cepa de linaje B.
En la misma línea, el grupo científico realizó un desafío viral, con el que hallaron que las variantes alfa, delta y ómicron, de la covid-19, también pudo infectar a las ratas de laboratorio. Teniendo en cuenta consideraciones del doctor Henry Wan, investigador principal del estudio y director del Centro de Gripe y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Missouri, este estudio entró a ser uno de los primeros en explicar que las variantes pueden afectar a los roedores de las zonas urbanas.
Por lo tanto, tras el análisis publicado, se recalcó la necesidad de continuar con un seguimiento. “Es importante que sigamos aumentando nuestros conocimientos para poder proteger tanto la salud humana como la animal”, añadió Wan.
Asimismo, para varios expertos, la nueva investigación mostró que el coronavirus siguió circulando, pese a que ya pasó un buen tiempo desde su descubrimiento. Así las cosas, se detalló que ya se hizo el trabajo de transmitir la covid-19 a otras especies no humanas y, ahora, lo que sigue es aplicar diversas pruebas.