La salud es de los temas más consultados y, por ende, que más atención genera en las personas, ya que de esto depende contar con un buen estilo de vida, evitando enfermedades o complicaciones de orden mayor.
Una de las causas de muerte que las personas pueden tener por estragos en la salud son los paros cardiacos. De acuerdo con Medlineplus, el portal web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, básicamente la afección de paro cardiaco se da cuando el corazón deja de latir.
El corazón es de los órganos funcionales más importantes para la vida, razón por la que si no late los procesos internos del cuerpo dejan de hacerse, es decir, un paro cardiaco hace que la sangre no fluya.
Así las cosas, “si no se trata, el paro cardiaco suele causar la muerte en cuestión de minutos. Sin embargo, el tratamiento rápido con un desfibrilador puede salvarle la vida”, explican los expertos norteamericanos.
Por su parte, la Clínica de Mayo, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, comparte que hay casos en los que se presenta un paro cardiaco repentino, diferente al ataque cardíaco, que es “cuando se bloquea el flujo sanguíneo a una parte del corazón”.
Entre los síntomas que se dan por un paro cardiaco repentino se encuentran: colapso súbito, falta de pulso, falta de respiración y pérdida del conocimiento.
Ante esto, existe el imaginario de que un paro cardiaco repentino no avisa, pero los avances científicos y estudios académicos han permitido mantener la premisa de que hay señales de advertencia, las cuales podrían salvarle la vida a cualquier persona.
Un estudio publicado en The Lancet Digital Health dio a conocer que el 50 % de las personas que sufrieron un paro cardíaco repentino tuvieron, al menos, uno o dos síntomas de alerta 24 horas antes. Hubo diferencias entre hombres y mujeres.
Acudiendo a recopilaciones de Saber Vivir, se hizo la compilación de estudios posteriores con personas que sufrieron de un infarto súbito, “interrupción súbita de toda la actividad del corazón debido a un ritmo cardíaco irregular”, según la Clínica de Mayo, y fueron comparados con otos sujetos que llegaron a un hospital de urgencias con síntomas parecidos, pero sin sufrir infarto.
Al efectuarse la comparación, se encontró que “había síntomas comunes en las personas que sufrían un paro cardíaco repentino”. Para ser más precisos, los investigadores destacaron dos síntomas que se repitieron en la mitad (50 %) de los pacientes: uno más frecuente en hombres y otro en mujeres.
Los dos síntomas de alerta
Para el caso de los hombres que participaron en el estudio, el síntoma de alerta es la sensación de dolor en el pecho. Este signo genera una posible presión incontrolable en el pecho, como si se estuviera sosteniendo peso acumulado; de hecho, según la intensidad, la dolencia puede llegar hasta la mandíbula, el cuello y el brazo (izquierdo que es el que conecta con el corazón).
En cuánto al registro de las mujeres, el síntoma más repentino es el de la falta de aliento y la dificultad para respirar. “Posteriormente, suele aparecer el dolor en el pecho, pero en algunos casos este es el único síntoma de infarto que se produce en la mujer”, según Saber Vivir.
Otros de los síntomas de aviso hasta 24 horas antes de tener un paro cardiaco son: la sudoración, las convulsiones, la debilidad, las náuseas y los vómitos.
Para terminar, es necesario puntualizar que el hecho de padecer alguno de los síntomas enunciados anteriormente, no necesariamente producen un paro cardiaco. No obstante, los expertos comentan que si los signos son experimentados por sujetos con hipertensión, diabetes o una enfermedad cardiaca subyacente, lo más probable es que sí se trate de una alerta horas antes de sufrir un paro cardiaco.