La ciencia ha evidenciado hasta ahora los resultados obtenidos con lecanemab, un fármaco que promete ayudar en el tratamiento de la enfermedad del Alzheimer, y que ya ha sido probado en pacientes con esta condición de salud en fases tempranas.
Se trata del primer medicamento que retarda la destrucción del cerebro con esta enfermedad y que la ciencia calificó, hace unos meses, como “trascendental”. Pues, como dice la profesora Tara Spires-Jones, de la Universidad de Edimburgo, en el alzhéimer la ciencia ha tenido “una tasa de fracaso del 100 % durante mucho tiempo”.
También Alzheimer’s Research UK, una organización benéfica de investigación de la demencia líder en Reino Unido, dedicada a buscar avances en materia de diagnóstico, prevención, tratamiento y cura de esta patología, sostuvo que los hallazgos de este fármaco fueron “trascendentales”.
El avance de la investigación abrió entonces una esperanza para los cerca de 30 millones de personas que padecen de alzhéimer u otras formas de demencia en el mundo.
Aunque tímidos, los logros de lecanemab suponen el “comienzo de las terapias contra el Alzheimer”, algo impensable hasta ahora, según lo expresó el profesor John Hardy, uno de los principales investigadores de esta enfermedad desde hace más de 30 años y uno de los primeros en plantear que el estudio contra esta forma de demencia debía centrarse en atacar la sustancia viscosa, llamada beta amiloide, que se acumula en el cerebro de las personas con Alzheimer.
No del todo exitoso
Sin embargo, un nuevo hallazgo pone otra vez a los pacientes en una encrucijada. Un reciente estudio sobre lecanemab y otros fármacos similares alerta de una reducción del encéfalo de consecuencias desconocidas.
Según informa el diario El País, de España, el fármaco más prometedor contra el alzhéimer de las últimas décadas reduce el tamaño del cerebro de los pacientes sin que se sepa por qué ni qué efectos puede tener a largo plazo.
Lo que se conoce hasta ahora es que el lecanemab reduce un 27 % el deterioro cognitivo asociado a esta enfermedad en pacientes que están en las primeras etapas de la dolencia. “Pero la droga, aún experimental, también produce efectos secundarios preocupantes como pequeñas hemorragias, y ha podido estar relacionada con la muerte de dos personas”, indica el informe.
En ese sentido, un nuevo estudio analizó otro efecto colateral de este fármaco y algunos similares: “La reducción acelerada del volumen del cerebro en los pacientes que lo toman. Según el análisis, las personas que reciben lecanemab experimentan una reducción en el tamaño de su encéfalo 28 % mayor que los que toman un placebo. Otro fármaco experimental similar, el donanemab, también produce efectos similares”, añade la información recogida por ese medio.
En la actualidad, la enfermedad de Alzheimer afecta a más de 30 millones de personas en todo el mundo y no tiene cura. De ahí que la expectativa que se ha generado sobre lecanemab sea tan grande toda vez que se trataría de la primera droga que frenaría el deterioro mental asociado con esta enfermedad.
Aunque se desconoce la causa de la enfermedad, sí se sabe que mata neuronas y que el cerebro de los enfermos encoge progresivamente. Por eso, es tan sorprendente que un fármaco que en teoría frena la dolencia reduzca aún más el encéfalo que la propia enfermedad.
El neurólogo de la Universidad de Melbourne (Australia) Scott Ayton es el principal autor del nuevo estudio, publicado en la revista especializada Neurology. Fue asesor de Eisai, la empresa japonesa que ha desarrollado el lecanemab junto a la estadounidense Biogen.
“Nuestros resultados son preocupantes”, dice Ayton. “No sabemos qué consecuencias puede tener la reducción del volumen del cerebro observada, por eso hacemos un llamado a que se hagan más estudios”, advierte.
“Las compañías farmacéuticas que financiaron estos ensayos clínicos tienen una gran cantidad de datos que pueden aclarar este problema de la atrofia cerebral, pero esos datos apenas se han analizado y las empresas no los han publicado”, agrega.
Asegura que alertó a la compañía de estos resultados y les pidió los datos detallados sobre volumen cerebral, pero no se los dieron.
Lo grave es que el lecanemab está en proceso de aprobación en Europa y ya fue aprobado en EE. UU. La agencia federal reguladora de los alimentos y medicamentos de Estados Unidos, la FDA, autorizó el pasado 6 de enero el nuevo fármaco destinado a reducir el deterioro cognitivo en pacientes que padecen esta enfermedad neurodegenerativa.
El nuevo tratamiento, que será comercializado por la farmacéutica Eisai bajo el nombre de Leqembi, es recomendado por la FDA para pacientes que aún no han alcanzado una etapa avanzada de la enfermedad. Este fármaco representa “un importante paso en nuestra batalla para tratar eficazmente la enfermedad de Alzheimer”.