La búsqueda de los alimentos que más beneficios traigan al organismo es algo que no parece terminar. Con el pasar del tiempo, la humanidad busca enfermarse menos, saber qué le aporta más al cuerpo, además, de la consciencia que se ha generado para que se pueda prolongar el tiempo de vida.
Si bien mucho se habla de tener un día a día sano, es necesario que se tenga en cuenta que hay que abolir de las dietas los ultraprocesados, azúcares, grasas y sal, alcohol y cafeína en exceso. Para ser cambiados por otra lista de productos que, por su naturaleza, entregan beneficios mayúsculos.
Al respecto, una alimentación de tipo mediterránea ayuda a mejorar la salud cardiovascular y previene enfermedades no transmisibles como cáncer y diabetes, entre otras.
Investigaciones recientes han demostrado que, además, la dieta que debe su nombre al patrón de alimentación basado en los hábitos italianos y griegos, a largo plazo, muestra un efecto positivo en la salud del cerebro.
Esta consumo de alimentos favorecen debido a sus grasa saludables como el aceite de oliva y los frutos secos, también al poco consumo de productos animales.
Según un estudio de la Universidad Ben-Gurion del Neveg en Israel, ese tipo de comidas tendrían una ayuda a la pérdida de peso al momento de mejorar el estilo de vida y también, tendría un efecto beneficioso en la trayectoria del envejecimiento cerebral.
“Las intervenciones en el estilo de vida que promueven la pérdida de peso pueden tener un impacto beneficioso en la trayectoria de envejecimiento del cerebro que se observa con la obesidad. Los próximos pasos incluirán averiguar si la desaceleración del envejecimiento cerebral provocado por la obesidad da como resultado mejores resultados clínicos para los pacientes”, señaló el estudio de la universidad.
Por tal razón, la obesidad está relacionada con un envejecimiento en el cerebro más rápido de lo que normalmente se esperaría. Los investigadores pudieron capturar la “edad cerebral” de una persona, mediante escaneos cerebrales detallados, y determinaron que esta es independiente a la edad cronológica.
“Este enfoque también ayuda a comprobar ciertos factores y cómo el estilo de vida, pueden influir en el envejecimiento del cerebro en escalas de tiempo relativamente cortas”, mencionaron.
En la investigación estudiaron a 102 personas que cumplían con los criterios clínicos de obesidad, en donde le hicieron dichos escaneos y además pruebas para otros procesos biológicos como la salud del hígado.
Los resultados revelaron que una reducción en el peso corporal del 1% llevó a que la edad cerebral de los participantes fuera casi nueve meses más joven que la edad cerebral esperada después de 18 meses. Este envejecimiento atenuado se asoció con cambios en otras medidas biológicas, como la disminución de la grasa hepática y las enzimas hepáticas.
“Nuestro estudio destaca la importancia de un estilo de vida saludable, incluido un menor consumo de alimentos procesados, dulces y bebidas, para mantener la salud del cerebro”, aseguró la universidad Ben-Gurion del Neveg.
Las personas que comen pescado, fruta, verdura y frutos secos, los principales alimentos de la dieta mediterránea, tienen un 23% menos de riesgo de sufrir demencia en comparación con los que no siguen este tipo de alimentación. Por supuesto, esto también abarca a los pacientes con la enfermedad de Alzheimer, que representan el 75% de los enfermos por demencia.
Recientemente, la revista médica BMC Medicine hizo una publicación reveló que seguir una dieta mediterránea reduce la probabilidad de desarrollar demencia en casi una cuarta parte, incluso entre aquellos con genes que la ponen en mayor riesgo.
Aunque diversos trabajos abordaron que el impacto de esta dieta sobre los trastornos neurodegenerativos, disminuía el riesgo.