La diabetes es una afección seria, que puede impactar varios órganos vitales, incluyendo los ojos, el corazón, los nervios, los pies y los riñones. Comprender cómo esta enfermedad afecta el cuerpo es crucial para seguir un plan de tratamiento efectivo y preservar la salud en la medida de lo posible. Estar consciente de estos efectos puede motivar a la persona a tomar medidas proactivas para controlar la diabetes y minimizar sus consecuencias en el organismo.
¿Cómo comienzan los problemas de salud a causa de la diabetes?
Cuando alguien no controla adecuadamente su diabetes, los niveles de azúcar en la sangre tienden a aumentar, lo que se conoce como “hiperglucemia”. Este incremento en los niveles de azúcar en la sangre puede tener consecuencias perjudiciales, especialmente en los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo.
Imagínese lo que sucede con el azúcar cuando se deja destapada en un recipiente durante toda la noche: se vuelve pegajosa. De manera similar, el azúcar en la sangre “se adhiere” a los diminutos vasos sanguíneos, dificultando el flujo sanguíneo hacia los órganos. Este proceso puede tener un impacto negativo en la salud y el funcionamiento adecuado del cuerpo.
El daño en los vasos sanguíneos suele ocurrir con más frecuencia en los ojos, corazón, nervios, pies y riñones. Veamos cómo ocurre este daño:
Ojos
En los ojos, existen vasos sanguíneos extremadamente pequeños y delicados. Si los niveles de azúcar en sangre se mantienen elevados durante un período prolongado, estos vasos pueden sufrir daños significativos. La alta concentración de azúcar puede llevar a la inflamación y debilitamiento de algunos de estos vasos sanguíneos, mientras que otros podrían obstruirse, impidiendo un flujo sanguíneo adecuado. Estos problemas pueden resultar en complicaciones visuales, incluso la pérdida de la vista. Además, si una persona tiene presión arterial alta, esta condición puede agravar aún más los problemas oculares relacionados con la diabetes.
Corazón
Cuando los niveles de azúcar en sangre son elevados, también pueden causar daños en los vasos sanguíneos más grandes que suministran oxígeno al corazón y al cerebro. Además, el exceso de grasa puede acumularse en estos vasos. Estos depósitos de grasa tienen el potencial de romperse, formando coágulos sanguíneos y obstruyendo los vasos. Esto puede llevar a eventos graves como un ataque cardíaco o un derrame cerebral. De hecho, las estadísticas revelan que 2 de cada 3 personas con diabetes fallecen debido a enfermedades cardíacas o derrames cerebrales.
Además, las personas con diabetes enfrentan un riesgo aumentado de padecer insuficiencia cardíaca, una condición en la cual el corazón no puede bombear la sangre adecuadamente. Es evidente que controlar los niveles de azúcar en sangre y mantener una salud cardiovascular adecuada son esenciales para mitigar estos riesgos y preservar la salud a largo plazo.
Riñones
Los riñones pueden compararse con un filtro, similar al filtro de café. Cuando se prepara café, el filtro impide que los granos de café pasen, pero permite el paso del agua. De manera análoga, los riñones tienen la tarea de mantener las sustancias necesarias dentro del cuerpo mientras filtran los desechos y el exceso de líquido.
Estos órganos están formados por vasos sanguíneos diminutos. Con el tiempo, los niveles altos de azúcar en sangre pueden causar que estos vasos se estrechen y se obstruyan. Esta obstrucción reduce el flujo sanguíneo hacia los riñones, lo que impide que los desechos y el líquido adicional sean eliminados correctamente del cuerpo. La enfermedad renal asociada con la diabetes es conocida como “enfermedad renal diabética” y es la principal causa de insuficiencia renal en los Estados Unidos. Mantener los niveles de azúcar en sangre en un rango saludable es esencial para proteger la función renal y prevenir complicaciones relacionadas con los riñones.
¿Qué gravedad representa la enfermedad renal?
Tener enfermedad renal es muy grave, incluso sin diabetes. Sin tratamiento, puede provocar:
Enfermedad cardíaca y de los vasos sanguíneos
Es frecuente que las personas que padecen enfermedad renal también sufran de enfermedad cardíaca. De hecho, la mayoría de las personas con problemas renales no fallecen debido a la insuficiencia renal, sino a causa de enfermedades cardíacas. Esto subraya la importancia de cuidar la salud del corazón, especialmente en aquellos que tienen problemas renales, ya que estas condiciones están estrechamente relacionadas y pueden influirse mutuamente.
Presión arterial alta
Los riñones desempeñan un papel crucial en el control de la presión arterial. Sin embargo, si estos órganos se dañan, pueden perder su capacidad para realizar esta función correctamente. La presión arterial elevada puede resultar en graves problemas de salud, incluyendo insuficiencia cardíaca, ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares.
Anemia
La anemia se produce cuando el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos, que son esenciales para transportar oxígeno desde los pulmones a todas las partes del cuerpo. Los riñones desempeñan un papel vital en la producción de estos glóbulos rojos. Sin embargo, cuando los riñones están dañados, su capacidad para generar glóbulos rojos se ve comprometida.
Insuficiencia renal
Los riñones desempeñan un papel fundamental al filtrar los desechos de la sangre y regular diversas funciones corporales. La enfermedad renal se desarrolla en cinco etapas. Intervenir durante las etapas iniciales puede prevenir que la enfermedad renal progrese. En casos avanzados, si los riñones dejan de funcionar correctamente, se requerirá tratamiento continuo mediante diálisis o incluso un trasplante de riñón para mantenerse con vida.