La palabra hábito proviene del latín habitus que se traduce como ‘manera de ser, aspecto externo’. Sobre los hábitos hay muchas frases, que, aunque suenen a expresiones de cajón, pueden ayudar a entender la importancia de estos.
Por ejemplo, en su libro El poder del hábito, Jack Hodge señala que hasta el 90 por ciento de los comportamientos diarios se basa en el hábito.
“Todos tenemos buenos y malos hábitos… La única manera de efectuar un cambio real en nuestras vidas es efectuar un cambio real en nuestros hábitos. La buena noticia es que podemos aprender a cambiar los malos hábitos y establecer buenos hábitos que nos harán más exitosos. Casi todo lo que hacemos todos los días, todos los días, es simplemente hábito”, agrega el autor.
Y sí, puede sonar inspirador, pero ese cambio para lograr un sueño reparador y que se logre sentir a gusto con dormir puede lograrse partiendo de identificar aquello que hay que cambiar. En ese sentido, el portal Expansión enlista 10 hábitos que pueden estar generando insomnio. Cabe precisar que, aunque son generalidades, se pueden encontrar casos particulares que requieren de mayor análisis.
1. Quedarse dormido viendo televisión
Sostienen que tener el televisor en la habitación no es recomendable porque emite luces brillantes y el sonido puede afectar el cerebro, porque le impiden entrar en un estado de reposo REM profundo. “Es decir, no te sentirás renovado porque nunca entrarás en la parte curativa de tu sueño”, precisan.
2. Dormir con celulares y computadoras cerca de la cama
Aunque sean dispositivos que están muy incorporados en los hábitos nocturnos, ambos emiten una luz que alterará el ritmo del reloj circadiano, “lo que significa que el cuerpo no producirá la melatonina que lo ayudará a dormirse”, explican desde el diario mexicano.
3. No mantener una rutina nocturna
Si eres de los que eligen la noche para ver esa película o serie que tienes entre tus pendientes de ratos de esparcimiento, lo mejor es que optes por horarios vespertinos.
Mantenerse despiertos hasta tarde para ver una película o capítulos de alguna serie implica dormir algunas horas menos. Si esto se convierte en un hábito, el cuerpo sufrirá y comenzará con alteraciones que podrían después provocar insomnio.
4. Consumir demasiada cafeína
En algunos cuerpos, la cafeína mantiene despierto el organismo, por eso aconsejan que “parte de una buena rutina nocturna debe incluir bebidas sin cafeína a partir de las 4:00 p. m., aunque eliminarlas por completo serían de mayor ayuda”.
5. Tener un dormitorio demasiado cálido
Señalan que varios estudios han concluido que es mejor dormir en una habitación fresca. “La temperatura ambiente debe ser entre cinco y siete grados más fría por las noches, a lo que usualmente se está acostumbrando. De esta forma, el cuerpo descansará mejor”, afirman.
6. Beber alcohol para dormir
Aunque se piensa que tomar alcohol antes de dormir ayuda a conciliar el sueño y a descansar mejor, podría ser contraproducente. “Las bebidas alcohólicas pueden provocar que el sueño se acorte o que no puedas dormir porque podría excitar fácilmente tu sistema nervioso”, aclaran.
7. Hacer ejercicio por las noches
Aunque a algunas personas les puede funcionar, a otras no. Esto sucede porque al hacer ejercicio el corazón se acelera y libera endorfinas que lo estimulan en lugar de relajarlo. “A pesar de que el cuerpo se canse, el cerebro está completamente despierto y puede dificultar el sueño”, sostienen.
8. No automedicarse para dormir
Expresan que los medicamentos para dormir estarían enmascarando el verdadero problema, pues el cuerpo podría hacerse dependiente. “Lo más recomendable es probar tratamientos a base de hierbas u opciones naturales como la meditación”, agregan.
9. Comer demasiado tarde
Esto genera una noche de sueño agitada, pues al comer en exceso se puede sentir hinchado o tener indigestión. “Lo que se recomienda es dejar pasar al menos cuatro horas entre la última comida y el sueño para que el alimento sea digerido por tu cuerpo”, especifican.
10. No tener la ropa adecuada para descansar
Finalmente, hay que tener en cuenta que cada cosa que hay en la cama, desde colchones, almohadas y hasta mantas, influyen en el descanso.