Durante 2.603 días, Martha Lucía Ospina fue la directora del Instituto Nacional de Salud. Hoy en su última jornada, en la inauguración del Laboratorio de Ciencias Ómicas, platicó sobre su gestión.
“Somos ahora catalogados en las grandes ligas… La reputación que tenemos nacional e internacional es indiscutible. Hay que mantenerla. Las relaciones que tenemos con los grandes laboratorios es maravillosa, con los de la región somos padrinos del Instituto Nacional de Salud de El Salvador y lo seremos de Paraguay. Estamos gustosos de que el INS de Colombia pueda apoyarlos en su fortalecimiento, somos como el hermano mayor... Tenemos un INS bueno entre los buenos y comparable con cualquier país del mundo”, expresó.
La directora general del INS aseguró que el Instituto queda en su mejor momento, con un desarrollo indiscutible en producción científica en las mejores revistas del mundo. “Somos buscados por los grandes investigadores del mundo para hacer cosas hombro a hombro”.
Resaltó que contar con un laboratorio de equipos robustos permite a la entidad evitar la duplicidad de equipos altamente costosos que requieren la inversión en mantenimiento y actualización permanente. “El 90 % de los recursos para inversión tecnológica y de equipos provienen de recursos de investigación internacional, no hacen parte de los recursos del orden nacional. Mantener esos equipos a la vanguardia es una tarea de cada dos años, para evitar volver a tiempos difíciles para el INS en materia de infraestructura”, explicó la directora general del INS.
Debido a este reconocimiento se obtuvieron recursos por más de 77 mil millones de pesos, “con los cuales se hizo la actualización de 12 laboratorios a la vanguardia del siglo XXI, con tecnología de punta e infraestructura robusta”.
Hechos que marcaron los más de 7 años al frente del INS
Ospina fue nombrada en 2015 como directora encargada y en 2016 se posesionó oficialmente en su cargo. Parte de su gestión se evidenció en el trabajo articulado con el Sistema de Alerta Temprana de la Dirección de vigilancia y análisis del riesgo y respuesta inmediata. Desde allí se atendieron, entre otros, los siguientes sucesos.
- Avalancha de Mocoa (2017). Enfocado en el plan de prevención de infecciones creado por expertos del Instituto Nacional de Salud que se trasladaron a Mocoa.
- Visita del papa Francisco (2018). Se generaron boletines que abordaron la prevención, las medidas de control y los riesgos de salud asociados a las aglomeraciones.
- Brote de sarampión (2018). Principalmente se fortalecieron acciones de vigilancia epidemiológica para detectar rápidamente cualquier caso importado.
- Regreso de connacionales desde diferentes partes del mundo por la pandemia (2020). Entre otras actividades incluyó creación de lineamientos de bioseguridad, protocolos de tamizajes y seguimiento a los pacientes.
- Pandemia de covid-19 (2020). Fueron varios los logros que pasaron por la articulación entre laboratorios privados y sector público para pasar de realizar 200 a cerca de 60.000 pruebas PCR en un día. Además, se consiguió reportar de primeras a nivel mundial la variante mu (μ), que entró en la lista de linajes de interés mundial para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y tuvo uno de los aspectos más retadores, combatir la desinformación y pánico.
- Huracán Iota, (2020). Enfocado en los albergues de Providencia en el marco de la estrategia Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible, Prass, dado que se había detectado un aumento en el número de casos en las semanas previas del huracán.
Sobre los retos que quedan
Según lo expresado en el comunicado oficial, en este momento en el Instituto Nacional de Salud están en curso 60 proyectos de investigación. También está agendada para las siguientes semanas, la inauguración del laboratorio de equipos robustos. Entre lo pendiente está la actualización del laboratorio de genética, “que es un laboratorio ya obsoleto, el único que queda atrasado y que cuenta con todo un plan de trabajo y apropiación de recursos para convertirse en un laboratorio de inmunogenética. Dentro de los retos de ese laboratorio está el de poder hacer el desarrollo que le corresponde como cabeza en la red nacional de trasplantes en el tema de laboratorios y dar respuesta con controles de calidad externo a la Ley de tamizaje neonatal”.
Al respecto, Ospina describió lo que se requiere para sostener dicha estructura y su labor. “Se necesita pericia, gestión pública, buenas relaciones internacionales, contactos, saber de ciencia, de tecnología”.
Asimismo, su mensaje final estuvo dirigido a los ciudadanos y al sector, destacando que el INS es un patrimonio de los colombianos y una entidad con 105 años que ha tenido altos y bajos, pero que ha sido testigo excepcional de la salud pública en el país. “Colombia se merece una institución como esta y el respeto de sus funcionarios también. Debemos mantener el INS en los momentos altos y cuidarlo”.
Por último, la doctora Ospina dio pistas sobre lo que será su futuro laboral. “Llevo muchos años haciendo investigación. Soy epidemióloga y economista, además hago modelos. Seguiré en el sector de salud del mundo”, sostuvo.