Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Colombia y en el mundo tanto en hombres como en mujeres. Según el Dane, en 2022 murieron 44.703 colombianos por enfermedad isquémica del corazón (estrechamiento o bloqueo de los vasos sanguíneos), y a nivel global mueren 18 millones de personas cada año.
Paradójicamente, los pacientes tienden a consultar al cardiólogo únicamente cuando han presentado síntomas que indican una enfermedad avanzada.
Frente a este panorama, la Clínica del Country adelanta la campaña de prevención y promoción “Escuchar tu corazón es llenarlo de vida”, una iniciativa que invita a los colombianos a que identifiquen los sonidos y las señales para asistir al especialista, ya sea ante la sospecha de una condición irregular o si tienen factores de riesgo, para así anticipar un futuro infarto.
Al respecto, el doctor Giovanni De La Cruz, jefe de Cardiología de la Clínica del Country, afirma que “aunque las enfermedades cardiovasculares son la patología que más muertes cobra alrededor del mundo, las personas solo asisten a consultas cardiológicas cuando sufren un episodio que pone en riesgo su vida. Por eso, hacemos un llamado a todos esos corazones que nos necesitan, para que escuchen el llamado, aprendan a identificar su riesgo cardiaco y eviten un infarto o accidente cerebro vascular”.
¿Cómo saber si se está en riesgo de una enfermedad cardiovascular?
La enfermedad cardiovascular es una condición que afecta el corazón o los vasos sanguíneos, siendo la más común la cardiopatía coronaria —es decir, arterias estrechas u obstruidas— que puede causar desde dolor en el pecho hasta un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
“Se debe prestar atención a síntomas como el dolor opresivo en el pecho, que generalmente se irradia hacia el brazo izquierdo (aunque en ocasiones se presenta en el brazo derecho), dolor en el cuello, ganas de vomitar y ahogo. En estos casos, se debe acudir al centro de salud más cercano, pues indican un posible infarto” agrega el doctor De la Cruz.
El riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular aumenta en los pacientes con hipertensión, colesterol alto, obesidad y diabetes. Las personas con una alimentación poco saludable, sedentarias o consumidores de tabaco también tienen mayor probabilidad de presentar a futuro una enfermedad de corazón.
Igualmente, las cardiopatías genéticas o familiares tienen hasta un 50 por ciento de probabilidad de ser heredadas por los hijos, “si en la familia existen antecedentes de enfermedad cardiovascular o casos de muerte súbita (infarto), es clave acudir a consulta desde una edad temprana para realizar el diagnóstico”, indica el citado especialista.
¿En qué consiste la evaluación de riesgo cardiovascular anticipado?
Con una evaluación de riesgo cardiovascular anticipado es posible determinar la posibilidad que tiene un paciente de sufrir un paro cardiaco o enfermedad del corazón en los próximos 10 años; cuando el porcentaje es alto —superior a 40 por ciento— el especialista recomienda un plan de tratamiento para reducir el riesgo.
La evaluación incluye un cuestionario para identificar factores como edad, antecedentes familiares y estilo de vida para luego calcular el porcentaje de riesgo de infarto. Según el caso, se realizan diversas pruebas de tamizaje no invasivas, exámenes con imágenes para observar las arterias (en caso de una obstrucción mayor al 70 por ciento se interviene quirúrgicamente), pruebas de sangre, TAC, e incluso ecocardiograma con estrés (mientras el paciente realiza actividad física).
Cuidados para la buena salud del corazón
- Antes de iniciar un nuevo programa de ejercicio es ideal acudir a una valoración para identificar la posibilidad de sufrir muerte súbita asociada a deportistas recreativos.
- Controlar la presión arterial: es importante revisarla al menos una vez al año.
- Mantener el colesterol bajo control para evitar la obstrucción de arterias; los triglicéridos altos también se asocian a riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente en mujeres.
- Mantener una dieta saludable —alta en frutas, verduras y granos enteros— y limitar el consumo de grasas saturadas, sodio, azúcar y productos enlatados y procesados.
- Realizar actividad física mínimo 40 minutos tres veces a la semana.
- Limitar el consumo de alcohol y evitar el tabaquismo.