El miércoles de esta semana se conoció un estudio que recoge datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas y del Sistema de Información de Prestación de Salud del Ministerio de Salud. Una de las conclusiones más preocupantes es que vapear tiene un alto costo para la salud y la vida de los colombianos, pues se evidenció que esta práctica ha dejado hasta ahora 59 muertes y unos 240 casos de personas con enfermedades asociadas a la misma.
El estudio, recogido por el Periódico Brasileño de Neumología, fue realizado por investigadores de la Universidad Industrial de Santander, UIS, y el Instituto Nacional de Salud, que analizaron diferentes bases de datos, de los años 2020 a 2022. “De la base de datos RIPS observamos 245 casos de enfermedad relacionada con el vapeo. La mayoría de los casos reportados ocurrió en hombres mayores de 45 años (82,8 por ciento). En total se reportaron 59 muertes en el periodo evaluado”, se lee en el documento.
“El estudio nos permitió identificar cuáles eran los usuarios más frecuentes y por otro lado los archivos RIPS, que maneja el Ministerio de Salud y fue lo que nos permitió decir esas cifras específicas de casos que requieren atención hospitalaria y que lastimosamente han fallecido por el vapeo”, señala Álvaro Idrovo, profesor de salud pública de la UIS.
Se indica además que las lesiones pulmonares asociadas al uso de cigarrillos electrónicos o vapeo son una realidad que representa un riesgo para la salud en Colombia, sostiene la publicación. En ese sentido, se encontró que la prevalencia del consumo de cigarrillos electrónicos fue del 4,37 por ciento.
En ese sentido, el consumo habitual de cigarrillos electrónicos se concentró principalmente en Bogotá, Caldas, Antioquia, Valle del Cauca y Boyacá, que reúnen el 60,1 por ciento de los usuarios. En la relación entre el uso de vapeo y análisis de cigarrillos, se encontró que, en el grupo menor o igual a 45 años, el 76,8 por ciento de los vapeadores también eran fumadores de cigarrillos.
Informes recientes —prosigue la investigación denominada ‘Perspectivas iniciales sobre las enfermedades asociadas al vapeo en Colombia: evidencia para la acción’— han demostrado igualmente que el 7,3 por ciento de las personas han usado cigarrillos electrónicos o narguiles en algún momento de sus vidas, y los adultos jóvenes tienen las tasas más altas de experimentación con los cigarrillos electrónicos.
Asociaciones se pronuncian
Entidades como la Asociación de Empresas de Productos Alternativos Libres de Combustión, Alterpro, rechazaron la investigación y aseguraron que contiene “información imprecisa o carente de un sustento concluyente” la cual conduce a “interpretaciones falsas en perjuicio de los derechos de los consumidores adultos de tabaco y nicotina”.
“Algunos titulares de prensa aseguraron que un estudio revelaba que el consumo de vapeadores en Colombia había provocado la muerte de 59 personas. Sin embargo, el estudio en mención toma unos datos de una encuesta nacional que se hizo en el 2019 sobre el consumo de sustancias psicoactivas intentado crear una relación entre estos y casos asociados a daño pulmonar por vapeo”, indica la entidad a través de un comunicado.
Por otro lado, agrega, “la CIE-10 U07.0 (código diagnóstico asociado al daño pulmonar por vapeo) que se reporta en el Sistema de Información de Prestaciones de Salud (RIPS) podría tener sesgos e incluso haber sido utilizada incorrectamente. Para llegar a este tipo de conclusiones se requeriría un estudio que pueda establecer una relación clara entre la causa del deceso y el diagnóstico, y no asumir una correlación y una causalidad que de ninguna manera están respaldadas en los datos”.
Indican, sin embargo, que “estos productos no deben ser usados por menores de edad o personas que no fuman. Han sido diseñados única y exclusivamente para adultos fumadores”.
A su turno Asopave, Asociación Colombiana de Vapeadores, cita en su cuenta de X a un neumólogo (sin revelar su nombre) que asegura que “la calidad de este artículo y la metodología son muy pobres y, por consiguiente, sus conclusiones también lo son, pues asumen una correlación y una causalidad que para nada están respaldadas en los datos”.
De acuerdo con Asovape —que sostiene que el vapeo “es una alternativa de menor riesgo”— el informe de la UIS recoge “mentiras y un mal manejo de la información”, lo que perjudica a “los fumadores, porque se les restringe su derecho a conocer alternativas de menor riesgo e incluso se les incentiva a seguir con el cigarrillo, forma letal de consumir nicotina”.