La Asociación Colombiana de Neurología estima que la migraña crónica afecta a cerca de cinco millones de personas en el país. Se trata de una dolencia que es más común en mujeres entre los 20 y los 40 años, con una prevalencia del 13 al 17,5 por ciento.

De acuerdo con los expertos, los factores más comunes asociados con esta condición incluyen el estrés y la ansiedad (40%); el teletrabajo y la exposición prolongada a pantallas (25%).

Iván Gaona, neurólogo de los Centros Médicos Colmédica, explica que la migraña, más que un dolor de cabeza común, es un dolor intenso y recurrente que puede venir acompañado de varios síntomas. Y es una de las afecciones neurológicas más comunes en el mundo. Este dolor intenso y debilitante puede prolongarse durante horas o incluso días, lo que afecta considerablemente la calidad de vida de quienes lo padecen.

El dolor de cabeza por migraña puede producir vértigo. Getty Images. | Foto: Getty Images.

Entre los tipos de migraña más comunes se encuentran:

  • Migraña sin aura: es el tipo más común. El dolor se presenta de manera pulsante en un lado de la cabeza, sin señales previas.
  • Migraña con aura: en este caso, antes de que aparezca el dolor, se manifiestan alteraciones visuales o sensoriales, como ver luces o experimentar entumecimiento en ciertas áreas del cuerpo.

Aunque estos dos tipos son los más frecuentes, existen otros menos comunes que requieren un diagnóstico más detallado:

  • Migraña basilar: asociada a síntomas como vértigo y problemas de equilibrio.
  • Migraña hemipléjica: causa debilidad temporal en un lado del cuerpo, similar a un accidente cerebrovascular.
  • Migraña abdominal: común en niños. Se manifiesta con dolor abdominal intenso, acompañado de síntomas como náuseas.
El chocolate puede ser un alimento que genere migraña. | Foto: Getty Images

¿Por qué aparecen las migrañas?

Suele tener una base genética, lo que significa que, si la persona tiene antecedentes familiares, es más probable que también la padezca. Sin embargo, se suman varios factores; algunos de ellos son:

  • Factores hormonales: los cambios en los niveles hormonales, especialmente en mujeres durante la menstruación, el embarazo o la menopausia.
  • Alimentos y bebidas: como el chocolate, quesos curados, vino tinto, cafeína y alimentos procesados pueden activar una migraña.
  • Estrés y ansiedad: este tipo de episodios aumentan el riesgo.
  • Cambios en el sueño: dormir poco o tener alteraciones en tu rutina de descanso puede desencadenar esta condición.
  • Factores ambientales: luces brillantes, ruidos fuertes o cambios bruscos en el clima pueden ser detonantes.
  • Medicamentos: en especial aquellos que afectan los vasos sanguíneos.
  • Deshidratación: no hidratarse adecuadamente también puede ser un factor.
Si la persona sufre de dolores de cabeza recurrentes, es importante que consulte con un profesional. | Foto: Getty Images

 ¿Cuándo debe preocuparse por un dolor de cabeza y buscar ayuda profesional?

El doctor Gaona explica que si la persona sufre de dolores de cabeza recurrentes, es importante que consulte con un profesional. Pero, si estos episodios son persistentes y no mejoran con los tratamientos iniciales, puede que necesite ver a un especialista en neurología, sobre todo si los dolores se vuelven crónicos o difíciles de tratar.

Según explica, estos son algunos signos de alarma que no debe ignorar y que requieren atención médica inmediata:

  • Dolor de cabeza que aparece de forma repentina e intensa, como si fuera un trueno.
  • Dolor acompañado de fiebre, confusión, convulsiones, visión doble, entumecimiento o debilidad en alguna parte del cuerpo.
  • Dolor crónico que empeora al toser, hacer esfuerzo o realizar movimientos bruscos.
  • Dolor de cabeza a partir de los 50 años.

Claves para actuar ante una migraña

Cuando se enfrenta a este dolor, seguir algunos pasos puede ayudarlo a manejar los síntomas de manera más efectiva.

  1. Busque un lugar tranquilo: un espacio oscuro y silencioso. Tanto la luz como el ruido pueden agravar los síntomas.
  1. Aplique compresas frías: coloque una compresa fría o una bolsa de hielo en la frente o el cuello para aliviar la presión y el dolor.
  1. Hidrátese: beba suficiente agua. Mantenerse hidratado es clave, ya que la deshidratación puede empeorar los síntomas.
  1. Tome medicamentos a tiempo: siga el tratamiento recetado por el médico y asegúrese de tomarlo al inicio del dolor.
  1. Relájese: practique técnicas de relajación como meditación, respiración profunda o yoga. El estrés puede ser un desencadenante, y estas prácticas lo ayudarán.
  1. Identifique y evite desencadenantes: si ya sabe qué situaciones o alimentos provocan esta condición, intente evitarlos.
  1. Descanse lo suficiente: mantener una rutina de sueño regular es esencial. Dormir bien ayuda a prevenir y es una forma efectiva de reducir los síntomas.