La violencia contra los profesionales de la salud ha sido un fenómeno común en Colombia, más aún por la presencia de los distintos grupos que han protagonizado el conflicto armado en territorio nacional.
Para no perder de vista estas afectaciones, el Estado colombiano lleva un conteo de los hechos violentos que han victimizado a la Misión Médica en el país.
Según las últimas cifras reveladas por el Ministerio de Salud, solo entre el 1.º de enero y el 7 de noviembre del año en curso ya se han registrado 271 eventos que afectaron a los profesionales de la salud y a los colaboradores que trabajan en esa plataforma.
No obstante, la autoridad sanitaria indicó que los años en los que más hechos violentos se han registrado en contra de la Misión Médica fueron 2020 y 2021. El año antepasado se documentaron 325 casos y el año pasado 553.
“Esto nos muestra que en esos años la Misión Médica se vio notablemente afectada. Esta es la cifra más alta históricamente, lo que representa un daño muy grave al ejercicio sanitario en el país y, desde luego, a la vulneración de derechos fundamentales como la vida, la salud y la integridad de pacientes, heridos o enfermos en zonas de alto riesgo natural y antrópico”, dijo Benjamín Moreno, jefe de la Oficina de Emergencias y Desastres del Ministerio de Salud.
Moreno agregó que en esa cartera ministerial están preocupados debido a que los hechos de violencia no han disminuido y siguen obstaculizando la prestación de los servicios de salud en terreno.
“En el lapso analizado para la presente vigencia, se cuenta con un preocupante incremento, con relación a los reportes del mismo período del año pasado; en los que hay más de 40 casos de diferencia”, advirtió el Ministerio de Salud en un reciente boletín de prensa.
El Gobierno está manejando dos hipótesis para explicar este incremento en las cifras de violencia. Para empezar, advirtieron que la influencia y la actuación de los grupos armados sigue siendo intensa en sus “zonas de influencia”.
Pero también advirtieron que ha habido un cambio cultural que ha permitido mejorar la recolección de datos. Según señalaron, han notado que está mejor difundida la “cultura del reporte”. Esa es una ventaja con la que cuentan departamentos como Cundinamarca y Antioquia, donde han recibido más denuncias después de que se registraron hechos de violencia.
En el primer departamento se reportaron ataques contra las unidades de salud móviles y en el segundo afectaciones a los servicios de salud. Vale decir que Antioquia fue uno de los departamentos más afectados por el paro armado que protagonizó el Clan del Golfo este año.
Esta hipótesis permite entender por qué las cifras de ataques a la Misión Médica no fueron tan altas en años en los cuales el conflicto armado provocó fuertes afectaciones tanto en el personal de salud como en la población civil.
Por ejemplo, entre los últimos años de los 90 y la primera década de los 2000 los reportes de esos hechos violentos no rompieron el umbral de los 200 casos anuales, pese a que fue una de las épocas más crudas de la historia del conflicto armado.
Es probable que hubiera más actos violentos contra los profesionales de la salud que no entraron dentro de los registros de las autoridades. En otras palabras, hubo un subregistro de estos hechos que no permitió tener un panorama más claro sobre las afectaciones que sufrieron durante esos años.
También se conoció que para lo que va del año “Antioquia, Huila, Norte de Santander, Cundinamarca y Valle del Cauca fueron los cinco departamentos que encabezaron el ranking con más afectaciones contra la Misión Médica”.
Entre las principales afectaciones, Moreno destacó que hubo amenazas, lesiones personales, ataque contra los medios de transporte de los profesionales de salud y obstaculización de la atención a personas que resultan heridas o enfermas.