Sentimientos de tristeza y desesperanza, falta de proyección o dificultades en el colegio podrían indicar la intención de acabar con la vida. Pero el tema, que es tan delicado, ha dejado de ser un veto. La necesidad de mirar con más contexto y de actuar al respecto está respaldado por las cifras.

Por ejemplo, según datos del más reciente informe de la Defensoría del Pueblo y la Alianza por la Niñez Colombiana, desde enero de 2015 hasta julio de 2022, 2.060 menores de edad, murieron por suicidio y otros 32.719 intentaron suicidarse.

En cuanto al 2022, según el Instituto Nacional de Medicina legal y Ciencias Forenses, 315 niños, niñas y adolescentes se quitaron la vida. Esto representa un aumento del 14.5 % en comparación con cifras de 2021. En la población general, los fallecimientos reportados al quitarse la vida han aumentado; se evidencia que entre 2013 y 2022 se generó un incremento progresivo: se pasó de 1.810 suicidios a 2.835.

Directora de la especialización en psicología forense y criminal de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, Irene Salas. | Foto: Fundación Universitaria Konrad Lorenz

Ahora, la directora de la especialización en psicología forense y criminal de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, Irene Salas, explica que “si bien se ha concluido que la pandemia por covid 19 impactó negativamente la salud mental de la población en general, encontramos que estos efectos fueron más profundos en niños, niñas y adolescentes que vieron su vida cotidiana y proyecto de vida interrumpido”.

A esto le suma otros factores como dificultades socioeconómicas, matoneo, maltrato o violencia física y sexual, muerte de seres queridos, sensación de abandono y desamor y enfermedades físicas o mentales.

Mejorar la alimentación y centrarse en el consumo de productos más naturales y sanos influye en la salud mental y física. | Foto: Getty Images

Señales de alerta

Desde la universidad mencionan una lista de comportamientos que pueden evidenciar afectación a la salud mental.

  • Distanciarse de amigos y familiares.
  • Aislamiento y falta de comunicación.
  • Tener comportamiento agresivo u hostil.
  • Descuidar el aspecto personal.
  • Escaparse del hogar.
  • Comportamiento arriesgado, como conducir en forma imprudente o ser promiscuo sexualmente.
  • Un cambio en la personalidad (por ejemplo, pasar de ser alegre a ser callado).
Hacer ejercicio hace parte de las soluciones para mejorar la salud mental. Puede ser en casa, también en espacios públicos donde hay clases gratuitas o en un gimnasio con acompañamiento personalizado. | Foto: Getty Images
  • Lesiones autoinflingidas.
  • Problemas de consumo de drogas o alcohol.
  • Problemas en la escuela, como tener malas notas, comportamiento conflictivo o ausencias frecuentes.
  • Pérdida de uno de los padres o de un familiar cercano debido a la muerte o a un divorcio.
  • Problemas legales o disciplinarios.
  • Hacer afirmaciones suicidas. Estar preocupado con la muerte al conversar, escribir o dibujar.
  • Regalar pertenencias.

Esto se puede hacer

En primer lugar, se debe establecer una relación de comunicación óptima y asertiva entre padres de familia, educadores y cuidadores. Esto propicia que se generen conversaciones abiertas sobre el suicidio.

“Es importante que los niños, niñas y adolescentes sientan que pueden hablar de este tema sin ser atacados o juzgados y, abrir las posibilidades de acudir a profesionales idóneos y recibir la asistencia psicológica necesaria, ya que en algunos casos el daño autoinflingido no siempre es motivado por el deseo de morir, si no que puede ser una forma de expresar emociones y sentimientos”, indican.

Además, señalan que es necesario elevar esta discusión a lo público, desmitificar la conducta suicida e involucrar a las familias y al Estado para que se tomen medidas y evitar más muertes de niños, niñas y adolescentes.

Joven respondió con agresividad cuando le decomisaron el celular (imagen de referencia). | Foto: Getty Images / Bronek Kaminski

Líneas para pedir ayudar

“La Línea SalvaVidas 24/7 realiza intervención en crisis por situaciones de riesgo asociadas a discriminación, conductas suicidas en contextos de emergencia y aislamiento, a través de acciones directas de prevención y orientación psicosocial”, explican desde la Fundación Sergio Urrego.

  • La Línea 106 “El poder de ser escuchado”. Es una línea de ayuda de la Secretaría Distrital de Salud, sirve para accionar intervención psicosocial y/o soporte en crisis no presencial. Asimismo, es atendida por un equipo de profesionales en psicología que escuchan, orientan y apoyan a las personas de cualquier edad.

Para comunicarse, se puede marcar de forma gratuita desde un teléfono celular o fijo en Bogotá, el número 106 o el WhatsApp 3007548933.

Finalmente, hay otras opciones como las habilitadas por el Ministerio de Salud y Protección Social.