El virus respiratorio sincitial (VRS) causa una infección respiratoria común que representa un riesgo significativo para los bebés. Proteger a los recién nacidos de esta enfermedad ha sido una preocupación desde hace muchos años.

No es para menos. El VRS es un virus altamente contagioso que afecta el tracto respiratorio, causando síntomas que van desde leves, similares a un resfriado, hasta una grave dificultad para respirar. En los recién nacidos con sistemas inmunes debilitados o problemas de salud preexistentes –especialmente en aquellos nacidos prematuramente–, el VRS puede dar lugar a complicaciones graves como bronquiolitis o neumonía.

Basada en la proteína F del virus

Finalmente, la solución parece haber llegado en forma de una vacuna desarrollada por la compañía Pfizer. Llamada Abrysvo, puede ser utilizada en mujeres embarazadas y ofrece una nueva esperanza para proteger tanto a las futuras madres como a sus recién nacidos de las complicaciones potencialmente graves asociadas a la infección por el VRS.

Su aprobación reciente por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) marca un punto de inflexión en la atención de la salud materna e infantil. Su diseño innovador es el resultado de una extensa investigación y ensayos clínicos llevados a cabo por Pfizer.

Abrysvo es una vacuna basada en subunidades del virus, lo que significa que contiene solo componentes específicos del VRS en lugar del virus completo. Se centra concretamente en la proteína F, o proteína de fusión, que se encuentra en la superficie del patógeno. Esta proteína es esencial para que el VRS entre e infecte las células humanas.

Mujer embarazada - Foto de referencia | Foto: Getty Images

La vacuna estimula al sistema inmunológico para generar una respuesta de anticuerpos protectora capaz de bloquear la entrada del virus en las células del aparato respiratorio. Además, contiene dos versiones de la proteína F para facilitar una protección más amplia frente a las distintas cepas o variantes del VRS.

Por lo tanto, Abrysvo no contiene formas vivas o debilitadas del VRS, por lo que no puede causar infección en las personas vacunadas. Esto la hace especialmente segura para las mujeres embarazadas, quienes necesitan protegerse a sí mismas y a sus futuros hijos sin el riesgo de causar daño.

Implicaciones para la salud materna e infantil

Uno de los aspectos más notables de esta vacuna es su capacidad para conferir una inmunidad en la madre que puede ser transferida al recién nacido. A medida que el sistema inmunológico de la gestante reacciona a la vacuna, se producen una serie de anticuerpos protectores contra el VRS. Una porción de estos anticuerpos se transmite al feto en desarrollo a través de la placenta, ofreciendo al bebé un escudo vital contra el VRS en los primeros seis meses de vida, precisamente cuando es más vulnerable.

La vacuna se administra a las futuras madres entre las semanas 32 y 36 de embarazo. Este momento estratégicamente elegido maximiza la transferencia de anticuerpos protectores de la madre al feto. Además, vacunar en ese período limita el riesgo de sufrir un parto prematuro.

Este avance promete reducir de manera significativa las hospitalizaciones y complicaciones relacionadas con el VRS en los recién nacidos y aborda una preocupación constante para las mujeres embarazadas, brindándoles una forma de proteger a sus bebés de una infección potencialmente grave.

Segura y efectiva

El New England Journal of Medicine publicó un ensayo clínico que destaca la eficacia de la nueva vacuna. Este estudio demostró una reducción significativa en la incidencia de infecciones del tracto respiratorio inferior debidas al VRS que necesitaron atención médica en bebés nacidos de madres vacunadas.

En total, 3 682 embarazadas recibieron la vacuna y a otras 3 676 se les administró placebo (sustancia sin actividad farmacológica). También se evaluaron 3 570 y 3 558 bebés, respectivamente. Según indican los resultados, la vacuna actuó más eficazmente en las infecciones de mayor gravedad.

En los primeros tres meses después del nacimiento, se registraron 6 casos de enfermedad respiratoria grave en bebés de mujeres vacunadas y 33 en hijos de mujeres del grupo del placebo, lo que supone una eficacia de la vacuna del 82 %. Cuando se evaluaron los primeros seis meses después del nacimiento, fueron detectados 19 casos de dolencia grave en bebés de madres vacunadas y 62 en los hijos de las mujeres que recibieron placebo, lo cual sitúa la eficacia de Abrysvo en el 69 %.

Los efectos secundarios más comunes reportados entre mujeres vacunadas fueron fatiga, dolor de cabeza, molestia en el lugar de la inyección, dolor muscular, náuseas, dolor en las articulaciones y diarrea.

Mujeres embarazadas - Foto de referencia | Foto: Getty Images

En el ensayo no hubo diferencias estadísticamente significativas en la tasa de nacimientos antes de las 37 semanas de gestación entre las mujeres que recibieron la vacuna (5,7 %) y aquellas a las que se administró placebo (4,7 %). Además, ambas tasas observadas fueron inferiores a la tasa de nacimientos prematuros en la población general, que se sitúa alrededor del 10 %.

Una nueva era en la prevención del VRS

La vacunación contra el VRS de mujeres embarazadas representa un paso significativo. La vacuna, basada en la proteína F del VRS, evita la entrada del virus en las células respiratorias, lo que previene las infecciones en bebés.

Con las aprobaciones de las agencias reguladoras y el potencial para proteger tanto a las mujeres embarazadas como a sus hijos, la vacuna contra el VRS anuncia una nueva era en la prevención de las infecciones causadas por este virus.

Su adopción generalizada, junto con la administración de un tratamiento también basado en la proteína F y recientemente aprobado (Beyfortus), tiene el potencial de reducir significativamente la carga de enfermedades relacionadas con el VRS, mejorando en última instancia el bienestar tanto de las madres como de sus recién nacidos.

Por:

Isidoro Martínez González

Científico Titular de OPIs, Instituto de Salud Carlos III

Salvador Resino García

Investigador Científico de OPIs, Instituto de Salud Carlos III

Vicente Mas

Investigador Distinguido, Instituto de Salud Carlos III

Artículo publicado originalmente en The Conversation