¿Quién en Colombia desconoce la Bienestarina? Seguramente por el impacto nutricional, por el concepto social sobre sus componentes o por la más reciente polémica en torno al tema, este alimento es más bien famoso en el país. Y justo, este jueves un equipo técnico interinstitucional se desplazó a una de las plantas de producción de Bienestarina que tiene el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en el municipio de Sabanagrande, Atlántico. Llegaron allí para conocer los avances científicos en la elaboración de nuevos alimentos de alto valor nutricional con insumos nacionales, que contribuirán a la soberanía alimentaria del país.
La directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, hizo un recorrido para constatar las iniciativas sobre la producción de nuevos alimentos a base de almidón de yuca, harina de arroz, harina de quinua y sacha Inchi (semilla) como alternativas de producción nacional que contribuyan en la reducción de la desnutrición en Colombia.
“Lo que queremos es tener otras alternativas más focalizadas en la producción local, con el componente de producción integrada con los campesinos, para que se vinculen también a la producción industrializada de los alimentos de alto valor nutricional y que no sea solo la Beinestarina, sino nuevos alimentos con los que el país tenga toda una dinámica alimentaria frente a la producción, industrialización y consumo de productos locales”, recalcó la directora general del ICBF.
Además, señaló que los prototipos de alimentos de alto valor nutricional son evaluados por los integrantes de la Comisión Intersectorial de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CISAN). “Varias universidades nos están acompañando en la mesa de investigación alimentaria en el marco de la CISAN”, detalló Cáceres.
En detalle, el director de Nutrición, Rubén Orjuela, indicó que “en este momento están desarrollando algunos prototipos que ya están andando en la planta y que están a cargo del contratista… Estamos poniendo a prueba, los nuevos productos y las iniciativas que se han desarrollado. Se está trabajando con harina almidón de yuca, estamos trabajando con harina de arroz. Existe la proyección de poder trabajar con harina de plátano”.
Asimismo, aseguró que estas harinas y el uso de esta clase de productos está en valoración para ver su duración. “Están evaluación y debemos hacer el análisis correspondiente para ver su durabilidad, para ver su aceptación, para ver si se ajusta la cadena logística”, indicó
De otra parte, la asesora del Grupo Gerencia Hambre Cero de la Presidencia de la República, Valerin Saurith, señaló que el propósito de su visita a la planta era conocer de primera mano cómo es la distribución de la Bienestarina y toda la cadena de producción. Además, saber de dónde vienen las materias primas. “Estamos en conjunto con varios actores en el país repensando la situación para buscar aportes a la soberanía alimentaria y el aporte del derecho humano a la alimentación”, puntualizó.
En datos, sobre la entrega de Bienestarina, el ICBF reveló que este año, con corte al mes de abril, se han entregado en el departamento del Atlántico 270 toneladas de un total de 5.293 toneladas distribuidas a nivel nacional y se tiene proyectado entregar en la vigencia 2023, 18.000 toneladas de este producto.
De acuerdo con las cifras del Instituto, mensualmente se entregan en el país 1.568 toneladas de Bienestarina. Las regiones que requieren mayor demanda son Antioquia, Bogotá, La Guajira, Valle del Cauca y Bolívar.
Finalmente, en la visita oficial, a una de las dos plantas que producen Bienestarina, participaron equipos técnicos del ICBF, el Programa Mundial de Alimentos, Hambre Cero de la Presidencia de la República, la Universidad del Atlántico y la empresa Monómeros.