Acudir a una piscina pública es la forma más sencilla para darse un chapuzón o practicar natación. De hecho, muchas personas incluyen este hábito dentro de su rutina.

Si bien estas piscinas suelen mantenerse limpias y, a simple vista, no configuran ningún riesgo para la salud, existen algunos riesgos que las personas deben tener en cuenta o, al menos, conocer.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) reseñan en su sitio web que “las enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática son enfermedades que las personas pueden contraer del agua en la que naden y jueguen —como piscinas, bañeras de hidromasaje o spas, áreas de juegos con agua, o mares, lagos y ríos— si el agua está contaminada con microbios”.

Por lo general, las enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática derivan en síntomas que incluyen:

  • Diarrea
  • Sarpullidos en la piel
  • Dolor de oído
  • Tos o congestión
  • Dolor en los ojos
Las piscinas públicas son bastante populares para actividades recreativas. | Foto: 2023 Anadolu Agency

“Las enfermedades transmitidas por el agua en sitios de recreación acuática se pueden contraer al tragar agua contaminada con microbios, tener contacto con ella o inhalarla a través de rociadores o aerosoles. También se pueden contraer al tener contacto con productos químicos que estén en el agua o que se evaporen del agua y se conviertan en gas en el aire”, explican los CDC.

En esa línea, precisan que la diarrea encabeza el listado de las enfermedades transmitidas por el agua en sitios de recreación acuática, debido a que las personas que ya están enfermas pueden propagársela a otras cuando entran al agua en estos lugares.

“Las personas suelen tener alrededor de 0.14 gramos de heces (similar a unos pocos granos de arena) en su cuerpo en cualquier momento. Cuando una persona que está enferma con diarrea entra en el agua, esa pequeña cantidad que está en el cuerpo puede ser arrastrada por el agua a su alrededor y contaminarla con microbios. Si alguien más traga el agua contaminada, se puede infectar”, detalla la fuente consultada.

Así el agua luzca limpia, la realidad es que alberga una importante cantidad de microorganismos, precisamente, influenciada por su carácter de ser un espacio público donde muchas personas nadan.

Algunas de las sustancias que pueden contaminar el agua de las piscinas son el orín, el sudor, las mucosidades y el excremento de pájaros y otros animales (sobre todo cuando es a campo abierto).

Nadar en agua contaminada puede traer complicaciones para la salud. | Foto: Morteza Nikoubazl/NurPhoto

¿Cómo prevenir estas enfermedades?

Los CDC mencionan que la mejor manera de prevenir las enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática es manteniendo los microbios fuera del agua, en primer lugar.

Como primera medida, si una persona tiene o tuvo diarrea, lo mejor es que se abstenga de ingresar al agua para que no infecte a otros.

Otras maneras para protegerse de las enfermedades más comunes transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática son:

  • Mientras nada, no permita que le entre agua a la boca.
  • Séquese los oídos después de nadar.
A la hora de nadar, es conveniente evitar el contacto directo del agua con los ojos. | Foto: 2023 Anadolu Agency

Ahora bien, existen otras enfermedades que también se pueden adquirir cuando se nada en agua contaminada. Algunos ejemplos incluyen:

  • Enfermedad gastrointestinal aguda (como diarrea o vómitos).
  • Enfermedades de la piel (como sarpullido).
  • Enfermedad respiratoria aguda (como tos o congestión).

Por otra parte, los patógenos presentes en las piscinas públicas también pueden afectar la piel, especialmente las más sensibles. Según indica la enciclopedia médica MedlinePlus, una de las infecciones dérmicas contraídas comúnmente en estos sitios de esparcimiento es el granuloma, el cual se caracteriza por la aparición de pústulas secas en los codos y rodillas.

La revista Mejor con salud anota que las piscinas públicas también pueden albergar hongos, los cuales producen síntomas adversos en la piel.

A manera de conclusión, si surge cualquier síntoma extraño después de haber nadado en una piscina púbica, lo más recomendable es acudir a un profesional de la salud para analizar el caso y definir el tratamiento adecuado.