El colon, parte final del intestino grueso, es un órgano largo en forma de tubo que se encuentra en el abdomen y el cual transporta los desechos para eliminarlos del cuerpo, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Sin embargo, existen muchos trastornos que pueden afectar su capacidad para funcionar adecuadamente como, por ejemplo:

  • Pólipos del colon: aunque la mayoría de los pólipos son inofensivos, si no son tratados adecuadamente, pueden convertirse en cáncer. Estos se forman debido al “crecimiento de tejido en el colon”.
  • Síndrome del intestino irritable: puede causar cólicos abdominales, distensión y cambios en los hábitos intestinales. Algunas personas con este trastorno tienen estreñimiento, otras tienen diarrea.
  • Colitis ulcerativa: son úlceras en el colon y en el recto.
  • Diverticulitis: se trata de una inflamación o infección de pequeñas bolsas, llamadas divertículos, en el colon.

Por tal razón, una dieta saludable puede prevenir los trastornos mencionados y, por ello, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde, reveló que “es importante evitar alimentos que sean estimulantes como café, chocolate, bebidas energéticas, té negro y té verde; la ingesta de bebidas alcohólicas y de alimentos que contengan edulcorantes artificiales; de condimentos como la pimienta, picante, cubitos de caldo y salsas; y de alimentos con elevado contenido de grasas y de azúcares, como frituras, embutidos, cortes de carne roja con mucha grasa, quesos amarillos, queso crema, comidas congeladas tipo nuggets, pizzas o lasañas, comidas rápidas, galletas rellenas, pasteles elaborados, entre otros”.

De otro lado, hay algunos hábitos que ayudan al colon como, por ejemplo:

  • Beber mucho líquido. No obstante, el consumo diario de este líquido es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita cerca de nueve.
  • Cuando se sienta el impulso de defecar, no pasarlo por alto y hacerlo en el momento. Además, es importante procurar establecer horarios regulares para evacuar el intestino, especialmente después de una comida.
  • Incorporar abundantes cantidades de alimentos ricos en fibra en la dieta, incluidos los frijoles, vegetales, frutas, cereales integrales y salvado. En general, intentar consumir 14 gramos de fibra por cada 1.000 calorías.
  • Consumir menos alimentos con bajo contenido de fibra, como los alimentos procesados y los productos lácteos y la carne.
  • Comer alimentos probióticos: los alimentos recomendados son: el yogurt, el chucrut, el tempeh, el kimchi, el kéfir, las aceitunas y encurtidos, entre otros. Sin embargo, también hay medicamentos con probióticos.
  • Comer despacio y procurar masticar bien los alimentos.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y, por ello, lo primero que se debe hacer es consultar a un experto de la salud, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.