La molestia ocular o los ojos rojos es una condición que afecta a muchas personas y que puede aparecer en cualquier momento. Es originada por diversas causas, desde la entrada en contacto con factores externos o ambientales, hasta afecciones oculares más graves que requieren de un tratamiento médico.
Generalmente, tener los ojos rojos no es una razón para preocuparse demasiado, pero cuando se combina con dolor ocular, drenaje anormal o problemas de visión, esto puede indicar un problema médico grave.
Muchas veces estas molestias aparecen debido a las alergias. A pesar del uso de gafas, las impurezas se pueden “colar” en los ojos y generar infecciones como la conjuntivitis. También se puede producir resequedad debido a que la persona está mucho tiempo delante del computador.
Los síntomas son diversos e incluyen, dolor, picazón, secreciones, hinchazón, sensación incómoda del ojo y visión borrosa.
Lubricar los ojos de forma natural puede aliviar la sequedad y la irritación. A continuación algunos métodos naturales para lubricar los ojos:
Parpadeo frecuente: Parpadear regularmente ayuda a mantener los ojos hidratados.
Descansos frecuentes: Descansar los ojos durante actividades que implican un uso prolongado de pantallas.
Lavado con agua: Enjuagar los ojos con agua limpia y fresca puede aliviar temporalmente la sequedad y la irritación.
Compresas de agua tibia: Aplicar una toalla limpia humedecida con agua tibia sobre los ojos cerrados durante unos 10-15 minutos. Esto puede ayudar a abrir las glándulas de Meibomio en los párpados, mejorando la lubricación ocular.
Hidratación adecuada: Beber suficiente agua durante el día para mantener el cuerpo y los ojos bien hidratados.
Humidificadores: Usar un humidificador en el hogar o lugar de trabajo para añadir humedad al aire, especialmente en ambientes secos.
Dieta rica en Omega-3: Consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como pescado, semillas de lino, nueces y aceite de pescado, puede mejorar la producción de lágrimas.
Aceite de coco o aceite de ricino: Aplicar una pequeña cantidad de aceite de coco o aceite de ricino en los párpados cerrados antes de dormir puede ayudar a mejorar la lubricación ocular.
Infusiones de hierbas: Algunas personas encuentran alivio usando compresas de té de manzanilla o té verde enfriado sobre los ojos cerrados.
Ejercicio y masajes oculares: Realizar ejercicios oculares y masajes suaves en los párpados puede estimular las glándulas que producen lágrimas.
Almohadas de semillas o hierbas: Usar almohadas rellenas de semillas o hierbas (como linaza) calentadas ligeramente puede proporcionar alivio y mejorar la circulación en la zona ocular.
Si los síntomas persisten o empeoran, es importante consultar a un oftalmólogo para descartar condiciones más serias y obtener un tratamiento adecuado.