Los ojos son un órgano determinante para las personas, ya que permiten ver y dar sentido al mundo que las rodea. Sin embargo, hay afecciones que inciden de forma negativa en la visión y a las cuales se les debe prestar atención.
Una de ellas son los ojos secos, un padecimiento que se presenta cuando las lágrimas no pueden lubricar estos órganos de forma adecuada. Esas lágrimas pueden ser inestables e insuficientes, y causar inflamación y daño de la superficie del ojo.
Tener ojos secos puede causar ardor o picazón. Es posible que algunas personas presenten esta afección en algunas situaciones puntuales como cuando están en un avión, en una habitación con aire acondicionado, mientras andan en bicicleta o después de mirar la pantalla de un dispositivo electrónico durante mucho tiempo, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.
Los tratamientos de los ojos secos pueden ayudar a que el paciente se sienta mejor. Estos incluyen cambios en el estilo de vida y gotas naturales. Entre las modificaciones que pueden hacerse en el estilo de vida está ajustar la alimentación e incluir productos a diario que incluyan ácidos grasos omega 3.
La Clínica Baviera explica que estos ácidos son una clase de grasa poliinsaturada, uno de los tipos más saludables. Tomados de manera moderada, por ejemplo, ayudan a mantener un corazón sano y protegido contra las enfermedades cardiovasculares.
Este es un nutriente considerado esencial, ya que el cuerpo humano no es capaz de producirlo por sí mismo y, por tanto, solo se pueden obtener a través de los alimentos.
En cuanto los ojos, además de contribuir en la prevención del mencionado síndrome, estos nutrientes son buenos para evitar afecciones de la retina como la Degeneración Macular Asociada a la Edad, una patología degenerativa que afecta la zona central de la retina (mácula) y provoca un deterioro progresivo de las células que forman esta parte del ojo. Como consecuencia, se puede producir una pérdida prácticamente irreversible de la visión central.
Omega 3 para el ojo seco
De acuerdo con la mencionada fuente, el consumo habitual de ácidos grasos omega 3 beneficia la producción de lágrima, haciéndola más abundante y de mayor calidad, y evitando que se evapore con mucha facilidad, por eso se recomienda para las personas que sufren el síndrome del ojo seco.
“El síndrome del ojo seco es un término médico que se emplea para clasificar todos aquellos procesos por los que se produce una mala o insuficiente lubricación del ojo, sea cual sea la parte del sistema visual que se vea afectada: párpados, película lagrimal, conjuntiva o córnea”, precisa.
Según American Academy of Ophthalmology, estos ácidos están disponibles en forma de cápsulas y también se pueden consumir de manera natural al incluir en la dieta diaria pescados como salmón, sardinas, arenque, atún, lacha o hígado de bacalao.
Esta institución refiere un estudio realizado con 32.000 mujeres, en el cual se encontró que aquellas que consumían la mayor cantidad de ácidos grasos de pescado omega 3 tenían un riesgo 17 % menor de presentar ojo seco, en comparación con las que no comían o ingerían muy pocos mariscos.
También se dice que los aceites omega 3 parecen mejorar la función de las glándulas de Meibomio del ojo, que producen la parte aceitosa de las lágrimas. La función mejorada de esas glándulas puede aliviar los síntomas del ojo seco. Los pacientes con otras enfermedades oculares tiene la posibilidad de beneficiarse al consumir de manera regular de este nutriente.