La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la transmisión de persona a persona del brote de gripe aviar (H5N1) detectado a mediados de mayo de este año en Reino Unido es “baja”.
A mediados de dicho mes, Reino Unido e Irlanda del Norte notificaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la detección del virus de la gripe aviar A(H5) en un trabajador avícola de una explotación de Inglaterra en la que había aves de corral infectadas con virus de la gripe aviar de alta patogenicidad (IAAP) A(H5N1).
Se notificó otra detección en una segunda persona que realizaba operaciones de sacrificio en la explotación. Ambas detecciones se confirmaron posteriormente mediante pruebas adicionales como A(H5N1). Ambos casos eran asintomáticos y se detectaron en el marco de un estudio en curso de vigilancia reforzada de trabajadores asintomáticos expuestos a aves de corral infectadas con gripe aviar.
Todos los trabajadores de esta granja y sus contactos han sido identificados; ninguno de los contactos ha notificado síntomas, y no se ha identificado ningún otro caso de gripe. La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA, por sus siglas en inglés) no ha detectado indicios de transmisión de persona a persona.
Basándose en la información disponible, la OMS considera que se trata de detecciones “esporádicas” de virus de la gripe aviar entre seres humanos sin que hasta la fecha haya pruebas de transmisión de persona a persona. “Así pues, la probabilidad de propagación internacional de la enfermedad a través de los seres humanos se considera baja”, reitera el organismo sanitario de las Naciones Unidas.
Dada la amplia circulación en las aves y la naturaleza en constante evolución de los virus de la gripe, la OMS subraya la importancia de la vigilancia mundial para detectar cambios virológicos, epidemiológicos y clínicos asociados a los virus de la gripe circulantes que puedan afectar a la salud humana (o animal).
¿Qué es la gripe aviar?
Según describe la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su sitio web, la influenza aviar, también conocida como gripe aviar, es una enfermedad infecciosa que principalmente afecta a las aves y que es causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae.
“Según su subtipo, puede clasificarse como de baja patogenicidad o altamente patógena, presentando diferentes síntomas en las aves infectadas. El virus de la influenza aviar de baja patogenicidad puede causar una enfermedad leve, que puede pasar desapercibida o sin la presencia de síntomas. El virus de la influenza aviar altamente patógeno, principalmente por los subtipos (H5 y H7) del tipo A, causa una enfermedad grave en las aves que puede propagarse rápidamente, produciendo altas tasas de mortalidad en diferentes especies de aves”, detalla la OPS.
Aunque la mayoría de los virus de influenza que circulan en aves no son zoonóticos, es decir, que pueden transmitirse entre animales y personas, la OPS precisa que algunas cepas de la gripe aviar altamente patógena “tienen la capacidad de infectar a los seres humanos, representando una amenaza para la salud pública”.
Respecto a los síntomas, cuando la gripe aviar es transmitida al ser humano, las señales características pueden ir desde una infección leve de las vías respiratorias superiores (fiebre y tos) hasta neumonía grave, síndrome de dificultad respiratoria aguda (dificultad para respirar), shock e incluso la muerte.
“La manera más común por la que el virus se introduce en un territorio es a través de aves silvestres migratorias. El principal factor de riesgo para la transmisión de aves a humanos es el contacto directo o indirecto con animales infectados o con ambientes y superficies contaminadas por heces. El desplume, la manipulación de cadáveres de aves de corral infectadas y la preparación de aves de corral para el consumo, especialmente en entornos domésticos, también pueden ser factores de riesgo”, menciona la OPS.
*Con información de Europa Press.