A medida que pasan los años, el ser humano se expone a padecer ciertas afecciones que comprometen, entre otras, su capacidad de movimiento. Las denominadas enfermedades degenerativas, a menudo, están sujetas a la edad, de manera que el envejecimiento puede estar acompañado de múltiples complicaciones de salud.
De acuerdo con información de la enciclopedia médica MedlinePlus, la osteoartritis (o artrosis) es un tipo de artritis que solo afecta las articulaciones, usualmente en las manos, las rodillas, las caderas, el cuello y la parte inferior de la espalda.
Se trata de una enfermedad crónica, degenerativa y progresiva que se caracteriza por el desgaste del cartílago articular, afectando incluso los tejidos aledaños a la articulación. Este padecimiento puede causar dolor y rigidez de las articulaciones.
La osteoartritis, que comienza con dolor e inflamación, termina provocando limitaciones en la movilidad y la calidad de vida, afectando principalmente, pero no de manera exclusiva, a adultos mayores.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la osteoartritis es una de las afecciones osteomusculares que más contribuye a los años vividos con discapacidad, una medida del deterioro de la calidad de vida debido a enfermedades crónicas.
La enfermedad es más frecuente entre las personas mayores, ya que aproximadamente el 70 % de los afectados tienen más de 55 años. Con el envejecimiento de la población mundial, se espera que aumente la presencia de la osteoartritis.
Síntomas de la osteoartritis
El médico farmacólogo Andrey Rojas expone que las personas con osteoartritis suelen experimentar dolor, hinchazón, rigidez y dificultad para mover la articulación afectada.
“Esta reducción del movimiento a menudo provoca una pérdida de la fuerza en los músculos, limitando la capacidad de realizar actividades físicas y, en últimas, deterioro de la calidad de vida. La enfermedad puede afectar cualquier articulación, siendo más común en rodilla, cadera, hombro, columna vertebral y las pequeñas articulaciones de las manos, comprometiendo tanto los músculos como los tejidos circundantes”, detalla el experto.
Por lo general, la osteoartritis comienza alrededor de los 50 años, pero también puede afectar a personas jóvenes, atletas y aquellos con lesiones o traumatismos en las articulaciones.
Los síntomas pueden aparecer lenta o rápidamente después de una lesión. Además, esta condición puede ser crónica, es decir, tener una larga duración. Un detalle relevante de la osteoartritis es que también tiende a ser progresiva, de manera que experimenta cambios graduales con el tiempo hasta alcanzar un deterioro irreversible.
Prevención y tratamiento de la osteoartritis
Si bien no existe una cura definitiva para la osteoartritis, los expertos en salud comparten algunas medidas preventivas para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, así como para lidiar con los síntomas.
- Identificación temprana: Cuando se logra un diagnóstico oportuno, el profesional puede asignar un tratamiento adecuado, incluyendo terapias y medidas efectivas para retrasar la progresión de la enfermedad.
- Ejercicio: la actividad física es clave. Para el caso de las personas con osteoartritis, el ejercicio orientado puede fortalecer los músculos afectados y mejorar la movilidad.
- Mantener un peso saludable: Es importante mantener un peso saludable y seguir una alimentación balanceada.
- Asistencia con dispositivos ortopédicos: el uso de estos elementos y otras tecnologías de apoyo son de gran ayuda para controlar los síntomas de la enfermedad.
- Cirugía: existen intervenciones quirúrgicas especializadas, como el reemplazo articular, las cuales pueden reducir el dolor, restablecer la movilidad y mejorar la calidad de vida de la mayoría de las personas con articulaciones gravemente afectadas. Las más comunes son en cadera y rodilla.
La cirugía se reserva para los casos más severos y avanzados, mientras que el uso de analgésicos puede hacerse en todas las etapas de la enfermedad. En el intermedio, se puede optar por terapias dirigidas a la articulación afectada, como la viscosuplementación, un procedimiento reconocido en el que un médico con experiencia y entrenamiento aplica en la articulación componentes que pueden restablecer la funcionalidad y disminuir el dolor.
Para tener un diagnóstico preciso, lo más recomendable es acudir a un profesional de la salud. Una vez aclarado el panorama, se puede dar continuidad con la asignación del tratamiento correspondiente.