Que se caigan algunos cabellos a lo largo del día es una situación perfectamente normal. Pero, ¿qué sucede cuando de repente empiezan a caerse por montones?
Detrás de este problema que aqueja a miles de personas en Colombia y todo el mundo, especialmente a los hombres, podría esconderse un factor insospechado y silencioso: el estrés.
Científicos de la Universidad de Harvard descubrieron que el estrés crónico estimula la segregación de ciertas hormonas que afectan el funcionamiento del folículo piloso, de manera que este entra en una fase de reposo prolongada que facilita la caída del cabello e impide que se regenere.
Según la Academia Estadounidense de Dermatología, las personas sanas pierden entre unas 50 a 100 hebras de cabello todos los días. Sin embargo, cuando este número es mayor, podría ser señal de un padecimiento llamado efluvio telógeno, o caída excesiva de cabello.
Tal como explica Andrés Martínez, CEO de Mediarte, el cabello crece desde estructuras de la piel denominadas folículos pilosos, los cuales pasan por varios ciclos de desarrollo, crecimiento, caída y reposo. En ese sentido, lo que hace el estrés crónico es acelerar la transición al estado de reposo, haciendo que mucho más pelo se caiga en apenas pocas semanas.
“Tenemos casos de pacientes que, en medio de situaciones muy tensas, como problemas familiares severos o pérdida del trabajo, comienzan a notar que su cabello se cae en cantidades mucho mayores de lo normal. Al examinar su cuero cabelludo confirman un tipo especial de caída de cabello que llamamos efluvio telógeno por estrés”, indica Martínez.
Aunque en la mayoría de personas este tipo de caída de cabello se resuelve espontáneamente al ceder la fuente de estrés, la alteración visible genera mucha más preocupación y angustia emocional, lo que complica el panorama: “Se genera un círculo vicioso y autoinfligido, ya que la misma caída de pelo genera más estrés, y esto empeora el cuadro”, afirma el especialista.
Desde Mediarte recomiendan para quienes atraviesen este problema, tratar el estrés de raíz a través de mecanismos como terapia psicológica, yoga, meditación y mayor actividad física. Además, tener una buena alimentación, dormir lo suficiente y usar champús y lociones especializadas puede ayudar a estabilizar el problema.
Martínez recalca que lo primero es consultar a un experto y descartar otras posibles causas de fondo: “una vez determinamos que se trata de un cuadro de caída de cabello agravado por estrés, iniciamos un tratamiento integral, que incluye terapias tópicas, inyecciones con nutrientes y hasta terapia láser de bajo nivel dependiendo de la severidad”, explica.
Con el enfoque adecuado, la mayoría de casos de caída de cabello por tensión suelen ser reversibles, y se puede recuperar una cabellera sana y fuerte. Sin embargo, el consejo del experto es no esperar: entre más rápido se controlen los desencadenantes del estrés y se inicie la terapia capilar especializada, mayores serán las probabilidades de éxito.
También se recomienda utilizar preferiblemente agua fría para no debilitar el cabello al momento de lavarlo. Además, usar productos especializados en el cuidado del cabello, como acondicionadores y lociones para fortalecer el pelo. Seguir una dieta equilibrada también es provechoso para la salud capilar.