Las preocupaciones generadas por las reformas propuestas desde el Gobierno nacional continúan, desde la reforma laboral, pasando por la pensional y llegando hasta la más comentada durante estos últimos días, la reforma a la salud.
Esta reforma ha pasado a través de diversas controversias, desde la desafiliación de los partidos a la coalición, la salida de la exministra de Salud, Carolina Corcho, quién defendía este proyecto a capa y espada, hasta su aprobación el 23 de mayo en la Comisión Séptima tras días de debate.
Este proyecto ha generado dolores de cabeza, no solo para la población sobre la base del beneficio de su bienestar, sino también para los actores cercanos al sector de la salud, especialmente para los trabajadores de la EPS.
Si bien es cierto que aún falta que la reforma pase por un segundo debate en la Cámara de Representantes y todavía podría sufrir varias modificaciones, el proyecto de ser aprobado de la manera en que se presenta actualmente, podría poner en riesgo distintos puestos de trabajo.
Esta advertencia vino generada directamente desde la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina (Acemi), organización que aseguró que: “Con lo aprobado, y con el fin de las EPS, se destruyen cerca de 100.000 empleos formales”.
Por lo que esperan que en los próximos debates este proyecto, o bien sea modificado, o no continúe avanzando, debido a las consecuencias que podría traer para el esquema sanitario nacional la modificación de las EPS:
“Se eliminan conceptos básicos del aseguramiento como el plan de beneficios. También la figura de asegurador (EPS) y nociones financieras básicas como reservas técnicas, inversiones y patrimonio técnico”, aseguraron desde Acemi, y como también lo explicó la presidente de la organización, Paula Acosta, en sus declaraciones para Vicky en SEMANA.
“Los colombianos hoy podemos elegir nuestro asegurador; con lo que se ha aprobado, ese aseguramiento pasa a ser por parte del Estado. Las personas ya no podrán elegir su EPS ni su asegurador y tendrán que afiliarse a unos centros de atención primaria de salud que se desarrollarán a lo largo y ancho del país”, dijo la presidenta de Acemi.
Quién a su vez puntualizó que el riesgo que se corre a nivel nacional en este momento es demasiado grande como para tomarlo a la ligera: “Desaparecer las EPS es un riesgo muy grande para una parte muy importante de la población. Todos somos usuarios del sistema de salud, pero en particular las personas que tienen condiciones crónicas o que están en tratamientos (...). Para poder garantizar estos tratamientos tiene que haber una logística detrás, una parte administrativa que funcione, unas reglas claras de quién le responde a esos usuarios y cómo se mueven los recursos dentro del sistema de salud”.
Finalmente, los detractores de este proyecto, aseguran que este cambio tan profundo y repentino en el sistema de salud, implicará grandes problemas durante el proceso de transición, debido a que los usuarios no comprenderían plenamente estos nuevos lineamientos, y no estarían del todo seguros respecto a qué institución acabará respondiendo por los costos de su salud.
Si esto avanzará de la misma manera o no, estará por verse, pero si hay algo seguro, es que se ha levantado mucha polémica e incluso advertencias por parte de las organizaciones que se sienten preocupadas, en caso de que la salud de los colombianos se pueda ver en grave peligro durante los futuros debates.