Para SEMANA, el epidemiólogo Carlos Álvarez explicó que “en realidad este nombre que ha empezado a circular no es un nombre oficial que se haya dado por la OMS. Lo que empieza a circular son subvariantes de la misma ómicron que ya conocíamos. Ahora hay unas subvariantes que han tomado fuerza, pero no es otra cosa que algunas mutaciones de ómicron, con un impacto sobre la transmisión”.
Y es que, como han venido explicando otros expertos, actualmente el virus tiene muchísimas mutaciones. Tanto así que, para no generar más confusión, han comparado los nombres con una sopa de letras y han ajustado denominaciones no oficiales para comunicar los hallazgos.
“Ahora hay más de 300 subvariantes de ómicron, muchas de ellas más capaces de escapar de la inmunidad o unirse más eficazmente a los receptores ACE2 que BA.5. Los que hay que tener en cuenta incluyen BQ.1.1, BQ.1, BQ.1.3, BA.2.3.20, BA.4.6, XBB, BA.2.75.2 y BF.7.”, escribió el epidemiólogo Adrian Esterman.
En ese sentido, el médico internista Miguel Marcos enfatiza en que el nombre “perro del infierno” no está relacionado con la peligrosidad. Más bien, se refiere a Can Cerbero o Cancerbero, el perro del dios Hades, un monstruo de tres cabezas o de cincuenta, según la cultura.
“Si alguien escucha que la nueva variante de covid-19 es el “perro del infierno” (en rigor, Cancerbero), no es más que le están echando imaginación con nombres propios a las variantes de ómicron. Pero no lleva ese nombre porque sea infernalmente peligrosa”.
Cabe anotar también que las otras subvariantes han recibido apodos como Basilisco, una serpiente de la mitología griega cargada de veneno letal; Cetus, constelación con forma ser marino, o Grifo, otra criatura mitológica, con cuerpo de águila gigante, pico afilado y garras fuertes.
Pero entonces, ¿qué sucede?
En primer lugar, señaló Álvarez, una variante más peligrosa aumenta la mortalidad, la hospitalización o logra evadir de una manera significativa las vacunas y, hasta ahora, no es el caso de B.Q.1.1 y de las otras que se han identificado.
“En este momento, la OMS no ha considerado que esta variante sea de preocupación, es posible que logren evadir en parte la respuesta inmunológica, por eso logran predominar en otra variante… No es una variante que genere preocupación ni alarma en el mundo médico. Hay que estar atentos a la evolución de estas mismas variantes”.
En segundo lugar, lo que sí se ha evidenciado es, como lo mencionó a finales del mes pasado Chas Danner, que los contagios con “BQ.1 y BQ.1.1 parecen estar aumentando más rápido en Nueva York y Nueva Jersey, donde representaron más del 28 % de las nuevas infecciones hasta la semana que finalizó el 22 de octubre”.
Por eso, la Organización Mundial de la Salud, OMS, aseguró que “el impacto potencial de estas variantes está fuertemente influenciado por el panorama inmunológico regional. Si bien las reinfecciones se han convertido en una proporción cada vez mayor de todas las infecciones, esto se observa principalmente en el contexto de las infecciones primarias que no son de ómicron. Con la disminución de la respuesta inmunitaria de las oleadas iniciales de infección por ómicron y la evolución posterior de las variantes de ómicron, es probable que las reinfecciones aumenten aún más”.
También señalaron en su informe que “hasta el momento no hay evidencia epidemiológica de que estos sublinajes tengan un riesgo sustancialmente mayor en comparación con otros sublinajes de ómicron, observamos que esta evaluación se basa en datos de naciones centinela y es posible que no se pueda generalizar por completo a otros entornos. Se necesitan con urgencia esfuerzos de laboratorio sistemáticos y de gran alcance para hacer tales determinaciones rápidamente y con una interpretabilidad global”.
Mientras que aseguran que continuarán monitoreando, pidieron a los países informar secuencias y realizar análisis independientes y comparativos de los diferentes sublinajes de ómicron. Finalmente, el doctor Álvarez recuerda que “no hay que alarmarnos, hay que seguir cuidándonos y protegiéndonos en esta época de lluvias y usar tapabocas que protejan contra la covid-19 y otros virus”.