Después de que varios gremios médicos y pacientes con cáncer alertaran a la opinión pública por las dificultades que estaban teniendo para conseguir una serie de radiofármacos claves para el tratamiento contra el cáncer, el Invima emitió un parte de tranquilidad en el que señaló que no ha recibido reportes de desabastecimiento.
Según indicó el Invima, le ha hecho seguimiento al Ioduro de Sodio, tanto el que tiene I-131 como el que incluye tecnecio 99.
Para el primero, la entidad señaló que actualmente cuenta con “nueve registros sanitarios, seis vigentes y dos en trámite de renovación” a nivel nacional. Reconoció que en mayo de este año registró una alerta de desabastecimiento para este medicamento, pero advirtió que en la actualidad “el Instituto no cuenta con alertas de no disponibilidad del medicamento Ioduro de Sodio (I-131) que limiten las unidades de comercialización”.
Pero anotó que trabajará de la mano con los titulares del principio activo para hacerle seguimiento a ese principio activo.
De otro lado, el ente sanitario advirtió que, según los registros que reposan en la base de datos del Código Único de Medicamentos (CUM) el radiofármaco con principio activo Tecnecio 99 cuenta con cinco registros sanitarios, tres en estado vigentes y dos en trámite de renovación.
Y detalló que en la actualidad no han reportado alertas de desabastecimiento relacionadas con el medicamento que incluye este principio activo. No obstante, el ente también indicó que “en caso de existir desabastecimiento se evaluará la opción de Importación por única vez”.
Amenaza de guerra nuclear está causando escasez de yodo
Al respecto, Claudia Vargas, directora de Medicamentos del Ministerio de Salud reconoció que, en efecto, hay problemas en la producción de radiofármacos a nivel mundial.
“Hay seis reactores nucleares en el mundo y entraron en mantenimiento al tiempo. Se supone que en una semana deben estar funcionando nuevamente”, aseguró.
E indicó que si bien hay propuestas para que se produzca energía nuclear y con ello se mejore la autonomía sanitaria, se trata de una estrategia que no es barata.
No obstante, dijo que hay un proyecto que se está discutiendo para evaluar si Colombia podría tener un reactor nuclear, con lo cual otros sectores de la economía también podrían resultar beneficiados.
También indicó que la falta de yodo, que también se usa para el tratamiento contra el cáncer, tiene una causa particular: los vientos de guerra que se ciernen sobre Europa.
Según dijo, el viejo continente “está abasteciéndose de yodo, porque ese es el medio de protección en caso de exposición a radiación”.
Vargas también recordó que la escasez se refiere a la dificultad de adquirir medicamentos, mientras que el desabastecimiento es una condición que declara el Invima y que, en general, implica la ausencia de un fármaco específico.
Señaló que durante los últimos dos meses se abrieron mesas técnicas con los gremios farmacéuticos nacionales e internacionales.
“Desafortunadamente no hay una única causa (de escasez) para todos los productos”, sostuvo Vargas. Y advirtió que, en esa medida, tienen que implementar acciones distintas para los medicamentos.
“En el caso de creon, teníamos dos productores de pancreatina. Uno de ellos salió del mercado sin avisar oportunamente. Abbot, el que quedó en el mercado, se dio cuenta del desabastecimiento, empezó a traer el producto relocalizado de otros países.
Sostuvo que les señalaron que podrán cubrir la demanda de noviembre y diciembre, pero están recopilando información adicional. Agregó, sin embargo, que están revisando la situación porque el creon no solo lo usan los pacientes que tienen fibrosis quística, sino aquellos que tienen, por ejemplo, cáncer de páncreas.
“Los números que tengo son de fibrosis quística, pero los otros pacientes no los tengo en el radar”, aseguró. Y advirtió que hay problemas para conseguir medicamentos pediátricos y oncológicos.
También señaló que, por ejemplo, con los anticonceptivos sucedió que el fabricante que tuvo problemas de producción, tenía cerca del 80 % del mercado. Y, aunque existían medicamentos genéricos con la misma composición, las mujeres no lo conocían.
Por ello, advirtió que iniciaron un trabajo de pedagogía con las pacientes para que conozcan los principios activos de los medicamentos que requieren. Y concluyó que esa debería ser una solución para todos los fármacos que tengan situaciones similares.