Con frecuencia se escucha que tragarse los chicles puede tener múltiples repercusiones negativas para la salud. No obstante, hay mucho de exageración en esas teorías populares.
Así lo señala KidsHealth, el portal web especializado en pediatría de la organización estadounidense The Nemours Foundation. De hecho, indica que pasarse un chicle es una práctica relativamente frecuente que no tiene por qué generar complicaciones, pues no es cierto que se quede pegado en los órganos del tracto gastrointestinal. A su vez, advierte que es falso que permanezca durante varios años en el organismo.
“Si bien el estómago no puede disolver o descomponer la goma de mascar de la misma manera que descompone otros alimentos, tu aparato digestivo puede transportarla a través de la actividad intestinal normal”, advierte KidsHealth.
Hay, sin embargo, casos en los que pasarse estos productos sí puede representar un riesgo de salud, aunque la fuente médica señala que se trata de ocasiones “excepcionales”. Si un niño (o incluso un adulto) comen una gran cantidad de chicle o muchos pedazos durante un período corto, puede presentar algunas complicaciones, como un “bloqueo del aparato digestivo”.
Esto se puede producir, por ejemplo, cuando la goma de mascar se pasa junto a alimentos como semillas de algunas plantas y frutas que no se digieren con facilidad o incluso cuando se ingieren objetos como monedas.
“Los niños más pequeños tienen más probabilidades de verse afectados ya que es posible que no entiendan que la goma de mascar debe mascarse, no tragarse. Pero aparte de estos casos excepcionales, tragarse un trozo de goma de mascar de vez en cuando es inofensivo”, puntualiza KidsHealth.
Una respuesta similar dio la médica de la Clínica Mayo, Elizabeth Rajan, ante una consulta en línea que le hizo una paciente y que fue publicada en la página web oficial de la institución sanitaria. Rajan explica que si bien es cierto que el chicle está hecho solo para masticarse y no para digerirse, el organismo es capaz de expulsarlo con relativa facilidad.
No obstante, en casos raros puede ocurrir que un paciente sufra de condiciones como estreñimiento, lo cual puede llevar a que sus intestinos se bloqueen. Pero, de nuevo, no se trata de la regla.
Eso sí, la profesional de salud señaló que lo mejor es recomendarles a las personas, y sobre todo a los niños, que no ingieran los chicles después de masticarlos.
También se trata de un elemento que puede tener otros efectos en el estado de salud de los pacientes, según indica KidsHealth.
“La goma de mascar puede estar hecha de un material natural o de un material sintético (resina de goma), conservantes, saborizantes y endulzantes. El cuerpo absorbe los endulzantes, como el azúcar. Por lo tanto, si comes mucha goma de mascar, puedes terminar consumiendo muchas calorías”, advierte el portal informativo.
Y resalta que el aparato digestivo de los seres humanos no está diseñado para digerir la resina de la que se compone el chicle, por lo cual se va desplazando por el intestino y se expulsa cuando las personas van al baño.
A su vez, KidsHealth hace énfasis en tener precaución con las edades recomendadas para consumir este tipo de productos. “Los niños no deben mascar goma hasta que no son capaces de entender la importancia de no tragársela. A los 5 años de edad, los niños podrán comprender que la goma de mascar es diferente a los caramelos y que no se debe tragar”, apuntó el portal web.
Y, por último, recordó que masticar chicle en exceso también puede tener efectos no deseados en la salud dental, sobre todo cuando contienen azúcar, pues pueden favorecer la aparición de caries.