De acuerdo con los National Institutes of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK) de los National Institutes Health (NIH), de Estados Unidos, el estreñimiento es una afección en la cual una persona reduce el número de veces que evacúa en la semana –o el día– porque las heces son grumosas y secas.

Entre los síntomas más relevantes del estreñimiento, la Clínica Mayo destaca malestares estomacales en los cuales se hace esfuerzo para poder evacuar o “sentir como si tuvieras una obstrucción en el recto que evita que puedas defecar”, añade.

A partir de allí, el centro médico manifiesta que el estreñimiento puede ser agudo o crónico; este último puede durar semanas o meses, teniendo en cuenta que quien lo padece evacúa menos de tres veces a la semana.

Asimismo, el centro médico señala que muchas son las causas relacionadas con el estreñimiento crónico, como una obstrucción, ya sea en el recto o en el colon, que podría guardar relación con cáncer de recto, cáncer de colon, desgarros anales, entre otros.

Incluso, precisa que los nervios que se ubican alrededor del recto o el colon pueden ser causantes de estreñimiento u otros problemas neurológicos, por lo cual los expertos encuentran un vínculo entre el estreñimiento y el alzhéimer.

La demencia no solo afecta a los adultos mayores. | Foto: Getty Images

Alzhéimer

En palabras de los NIH, la enfermedad de Alzheimer es un trastorno que afecta el cerebro, destruyendo lentamente las capacidades cognitivas.

“La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede contribuir al 60 o 70 % de los casos”, indica la Organización Panamericana de la Salud (OPS), teniendo en cuenta que no necesariamente afecta a los adultos mayores de 65 años, sino también a los adultos jóvenes.

Según la entidad de salud, no hay ningún tratamiento que cure la enfermedad, puesto que dentro de las complicaciones más graves se considera que una persona no solo pierde su función cerebral gravemente, sino que puede presentar desnutrición, infecciones y hasta deshidratación.

El alzhéimer es un tipo de demencia común. | Foto: imtmphoto

Además, al paciente se le puede dificultar seguir su tratamiento y expresar síntomas de otras enfermedades subyacentes que podría tener.

¿Por qué el estreñimiento puede estar relacionado con el alzhéimer?

Alzheimer’s Association, en un comunicado de prensa, menciona que la relación que puede existir entre el deterioro cognitivo y el estreñimiento se debe a los pocos movimientos intestinales que tiene una persona estreñida.

“El estreñimiento crónico, que se define como movimiento intestinal cada tres días o más, se ha asociado a problemas de salud a largo plazo como la inflamación, los desequilibrios hormonales y la ansiedad o depresión”, precisa la organización de salud en su informe.

El consumo de fibra mejora el tránsito intestinal. | Foto: Libre de derechos

Si bien en el intestino se encuentran bacterias que lo benefician, también están aquellas bacterias intestinales que pueden elevar el riesgo de demencia:

“Todos los sistemas de nuestro cuerpo están interconectados (...) Cuando un sistema funciona mal, afecta otros. Cuando esa disfunción no se atiende, puede crear una cascada de consecuencias para el resto del cuerpo”, comentó Heather M. Snyder representatne de la Asociación.

A partir de ahí, los investigadores procuraron estudiar a fondo el eje intestino-cerebro, puesto que encontraron que el estreñimiento se asocia con un mayor envejecimiento. Consideran que, por lo menos a nivel mundial, el 16 % de las personas tienen problemas de estreñimiento, por lo cual suelen ser presentados mayoritariamente por adultos mayores, porque con la edad se evidencia un deficiente consumo de fibra e inactividad física.

Lo anterior responde a la evaluación de tres estudios prospectivos de cohortes en los cuales participaron más de 110.000 personas a lo largo de los años 2012 a 2018, donde se halló que los movimientos intestinales con menor frecuencia empeoraron la función cognitiva, comparado con aquellos que tenían por lo menos un movimiento intestinal al día, puesto que su cognición era mejor.

“La frecuencia de los movimientos intestinales cada tres días o menos se asoció con un 73 % más de propensión de deterioro cognitivo subjetivo”, menciona la entidad.

Esto puede ocurrir por una conexión posible entre la acumulación del beta amiloide, que según la Revista de Neurología es una proteína importante de la transmisión e información entre las neuronas, y los niveles de microbiota intestinal.