La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de que durante su último período de notificación (del 24 de junio al 21 de julio) se registraron a nivel mundial 186.000 nuevos casos de covid-19 y más de 2.800 muertes relacionadas, lo que supone un aumento del 30 y el 26 %, respectivamente, en comparación con los 28 días anteriores (del 27 de mayo al 23 de junio).
En concreto, los datos de la vigilancia centinela integrada como parte del Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe (SMVRG) y notificados a FluNet señalan que 96 países notificaron casos de covid-19 y 35 registraron muertes.
Pese a ello, la OMS señala que las tendencias en el número de nuevos casos y muertes deben interpretarse con cautela debido a la disminución de las pruebas y la secuenciación, junto con los retrasos en la notificación en muchos países.
Además, durante el mismo período, el porcentaje de positividad de la PCR del SRAS-CoV-2 aumentó del 7,4 % en la primera semana al 13 % en la última. Durante este período, se analizaron una media de 17.358 muestras semanales de SRAS-CoV-2 en 85 países.
Así, también se notificaron más de 23.000 nuevas hospitalizaciones y más de 600 nuevos ingresos en UCI durante este período. Entre los países que registraron estos datos de forma sistemática durante el período de notificación actual y el anterior se produjo un aumento global del 11 y del 3 % en nuevas hospitalizaciones y nuevos ingresos en UCI, respectivamente.
Según la OMS, la tendencia del aumento de las hospitalizaciones y los ingresos en UCI se han notificado principalmente en los países de la Región de las Américas y la Región Europea.
Variante JN.1
A nivel mundial, JN.1 es la variante de interés (VOI) más notificada en 135 países, representando el 25,7 % de las secuencias en la semana 29, habiendo disminuido desde una prevalencia del 30,2 % en la semana 26. La última evaluación de riesgo de JN.1 se publicó el 15 de abril de 2024, con una evaluación general de bajo riesgo para la salud pública a nivel mundial basada en las pruebas disponibles.
La OMS está siguiendo actualmente varias variantes del SRAS-CoV-2; dos VOI: BA.2.86 y JN.1; y seis VUM: JN.1.7, JN.1.18, KP.2, KP.3, KP.3.1.1 y LB.1. Las variantes del SARS-CoV-2 KP.3.1.1 y LB.1, ambos linajes descendientes de JN.1 y variantes bajo vigilancia (VUM), aumentaron la prevalencia a nivel mundial.
Estos son los 30 virus que podrían desencadenar la próxima pandemia; OMS actualizó su lista
Si hay un tema en el que la Organización Mundial de la Salud ha concentrado gran parte de sus esfuerzos en el último par de años es en prevenir una pandemia de las dimensiones de la que ocasionó el covid-19, que dejó más de siete millones de personas fallecidas en todo el mundo.
Por ello, cerca de 200 científicos, provenientes de 50 países, se dieron cita para participar en un ejercicio preventivo: actualizar la lista de patógenos, virus y bacterias, que podrían detonar la próxima epidemia o pandemia en el planeta. Y la OMS espera que la actualización de esta lista permita a las autoridades sanitarias de todos los países establecer dónde centrar los esfuerzos para el desarrollo de tratamientos, vacunas y diagnósticos nuevos.
Esta lista ahora incluye el virus de la influenza A, el virus del dengue y el virus de la viruela del mono, marcando un hito crucial en la identificación y priorización de amenazas potenciales para la salud pública mundial.
Tras este ejercicio, se seleccionó a aquellos con potencial para causar emergencias de salud pública global, como una pandemia. Esta selección se basó en la evidencia de que los patógenos eran altamente transmisibles y virulentos, y que había un acceso limitado a vacunas y tratamientos.
Se pudo establecer que entre los más de 30 patógenos prioritarios, se encuentran el grupo de coronavirus conocido como sarbecovirus, que incluye el SARS-CoV-2 –justamente, el que causó la pandemia mundial de covid-19–, así como los merbecovirus, de los que hace parte el virus que ocasiona el síndrome respiratorio de Oriente Medio (Mers).
En la temida lista también se encuentra la llamada viruela del mono, que nació en África y en cuestión meses alcanzó a encender las alarmas en varios países del mundo en 2023, así como media docena de virus de influenza A, incluido el subtipo H5, causante del brote de ganado en varias regiones de Estados Unidos.
Además, se sabe que entre las bacterias que fueron incluidas en la lista, se destacan cepas que causan neumonía, cólera, peste, disentería y hasta diarrea.
Estos hallazgos fueron recogidos en un informe, según el cual las prioridades de estos potenciales virus y bacterias pueden diferir, dependiendo de la región. En ese sentido, África está en el centro de la preocupación: allí, uno de los peligros lo representan los filovirus, que causan enfermedades graves en humanos y primates no humanos. Entre ellos, el Orthoebolavirus zairense, más conocido como virus del Ébola, o el Orthoebolavirus marburgense, el llamado virus de Marburgo. También están zika, dengue y chikungunya.
En América en general, los patógenos prioritarios específicos son el Orthohantavirus sinnombrense y el Alphavirus venezolano. El primero causa el síndrome pulmonar por hantavirus, y el segundo causa la encefalitis equina venezolana (VEE).
Se incluyeron igualmente el dengue y el zika, endémicos en esta zona. No se descarta el Mammarenavirus juninense, llamado en algunas regiones como virus de Junín, y el Orthobunyavirus oropoucheense, virus de Oropouche, que se encuentra en América del Sur, especialmente en la región amazónica de Brasil, así como en Perú y otros países tropicales.
Frente a este último, el reciente aumento en el número de casos de la fiebre de Oropouche y las primeras muertes asociadas a él llevaron a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a emitir una alerta epidemiológica para reforzar la vigilancia e implementar el diagnóstico del virus que produce la enfermedad.
Esta se manifiesta con síntomas parecidos a los del dengue, aunque más leves, como fiebre repentina, dolor de cabeza intenso, dolor en las articulaciones y músculos, y, en algunos casos, exantema (erupción cutánea), fotofobia, diplopía (visión doble), náuseas, vómitos y diarrea. Los síntomas pueden durar de cinco a siete días.
“Al priorizar la investigación sobre familias enteras en lugar de un puñado de patógenos prioritarios individuales, esta estrategia refuerza la capacidad de responder eficientemente a variantes imprevistas, patógenos emergentes, transmisiones zoonóticas y amenazas desconocidas como el ‘patógeno X’”, dice el informe del organismo.
El ‘patógeno X’ es un término usado por la OMS para referirse a un patógeno desconocido que puede causar una epidemia o pandemia grave. “Las lecciones extraídas de la pandemia de covid-19 subrayan la importancia de seguir invirtiendo en investigación básica, clínica y de implementación, desarrollo tecnológico e innovación en ingeniería”, señala el organismo internacional.
*Con información de Europa Press.