Postergar las actividades por hacer es lo que se define como procrastinación. Esta palabra proveniente del latín, que ha tomado más relevancia con los años, además de ser larga, supone todo un reto a la hora de trabajar, estudiar o sencillamente vivir.
Tal vez por esa misma frustración se buscan soluciones. Y una a la que se recurre con frecuencia es preguntar. Y ya que hay plataformas de redes sociales, pues averiguarlo por Twitter es una opción que permite conocer respuestas muy variadas, interesantes y curiosas. Para este caso, el ejemplo lo pone la tuitera Mariporia
“¿Cuáles son sus mejores técnicas para evitar la procrastinación? Me estoy dando mucha garra últimamente y ya estoy preocupada. Y no me salgan con que sentarse a trabajar sin poner excusas, que necesito consejos útiles”, escribió a través de su cuenta de Twitter.
Las respuestas pueden sorprender, pero hacen parte de lo experimentado por las personas que ofrecieron sus consejos.
“Yo para escribir la tesis borré todas mis redes sociales. Me levantaba a las 4 a. m. y me sentaba a trabajar con solo un café. No me bañaba sino hasta el mediodía para trabajar de corrido entre 4 y 12. Así garantizaba 8 horas de trabajo diario y tenía la tarde libre”, contó Tomás Molina.
También varias respuestas coincidieron en técnicas más conocidas como pomodoro o trabajo intercalado.
“Técnica pomodoro. Empezar por la tarea que más detesta hacer. Darse un premio cuando acaba una tarea. Jugar al desafío tipo, si no acabo esta tarea/oficio/deber en (equis) minutos, me muero. Ya sé que el último es una bobada, pero hay quienes les funciona”, propuso la tuitera Juliana.
“Poner un horario fijo donde trabajes 10 o 15 minutos, controlado por un “timer”. Y vas jugando con él. A mí me sirve más 15 minutos una o varias veces al día que pretender sentarme a hacer todo de una tirada. Es ir acostumbrando a la mente sin meterle culpa”, comentó Stella Navarro.
Otros coincidieron en que aunque las técnicas más tradicionales no les sirven, han encontrado otras formas.
“Descubrí que cuando no hay pomodoro ni lista que sirvan, visualizo cómo me sentiría con la tarea cumplida. Pienso en los momentos en que no he procrastinado y lo bien que se siente irse a la cama diciendo, aunque no sea perfecto, hice lo mejor que pude”, compartió Laura Ramos.
Si coincidieron muchos en desinstalar las aplicaciones de redes sociales y alejarse de las distracciones que se generan con el celular o el pc.
“No veo redes sociales en mi computador y hay una ‘app’ en celular (Forest) para no ver el celular. Uno siembra un arbolito y le pone tiempo que quiera. Si uno mira el celu, el arbolito se muere. Suena infantil, pero parece que si el tiempo tiene forma de arbolito a uno le importa más”, agregó Gina Terremoto.
Procrastinación estaría asociada con la salud mental, según estudio
Al menos la mitad de los estudiantes que participaron en el estudio posponen sus tareas hasta el último minuto.
La procrastinación está asociada con el desarrollo de problemas de salud, tanto mental como física, nueve meses después, de acuerdo como lo reveló un estudio realizado en varias universidades de Suecia.
La investigación, publicada en la revista científica JAMA Network Open, estudió la procrastinación en una muestra de más de 3.500 estudiantes en tres momentos distintos, con el objetivo de evaluar si la procrastinación se asociaba a peores resultados de salud.
El hecho de procrastinar o esperar hasta el último minuto para completar una tarea es una epidemia educativa entre los estudiantes universitarios en particular, según sugiere el estudio. De acuerdo con sus datos, al menos la mitad de los estudiantes posponen sus tareas hasta el último minuto.
Aunque estudios anteriores han sugerido que los procrastinadores experimentados “controlan mejor su tiempo”, estos investigadores afirman lo contrario.
Los autores describieron la procrastinación como “una forma de fracaso autorregulador vinculado a rasgos de personalidad como la impulsividad, la distracción y la baja concienciación”, e incluso tiene capacidad para influir en el éxito académico.
“Los estudiantes que cursan estudios universitarios tienen altos niveles de libertad y poca estructura, lo que impone altas exigencias a su capacidad de autorregulación”, concluyen los autores del estudio, quienes añaden que esas altas exigencias pueden crear un efecto ‘bola de nieve’ en las personas propensas a la procrastinación.
Los investigadores seleccionaron la cohorte participante a partir de los datos del estudio Sustainable University Life (Vida universitaria sostenible), que realizó un seguimiento de los estudiantes universitarios suecos durante un año a través de encuestas por internet. Este estudio más reciente eligió a un conjunto de participantes de diversas disciplinas, aunque se limitaron a determinadas universidades suecas.