La ciencia sigue dando pasos gigantes en su lucha por diagnosticar el Alzheimer de una manera más efectiva. Ahora, científicos descubrieron que es posible diagnosticar este mal a través de un análisis de sangre, incluso antes de que la persona experimente los primeros síntomas.
La razón es que la proteína cerebral GFAP, una proteína acídica fibrilar glial, aumenta en personas que sufren la enfermedad, incluso en aquellas que aún no tienen síntomas, por lo que se puede observar en el plasma sanguíneo.
La GFAP, por sus siglas en inglés, es una proteína cerebral específica de las células de la astroglía. Estas células se encargan de dar soporte a la actividad de las neuronas y ayudan a regular la barrera hematoencefálica, que es la que impide la entrada de bacterias y otras sustancias al cerebro.
Entonces, cuando se produce daño cerebral, estas células reaccionan, en un proceso conocido como astrogliosis. La astrogliosis trata de contener el daño, elevándose la expresión de GFAP y otros marcadores.
El hallazgo fue hecho por científicos del centro de investigación español Barcelona Beta Brain Research Center (BBRC) de la Fundación Pasqual Maragall y del Hospital del Mar de Barcelona, en asocio con la universidad de Gotemburgo de Suecia.
El logro de estos científicos fue identificar nueve biomarcadores de la proteína Tau para diagnosticar el Alzheimer a través de una muestra de sangre, una práctica menos invasiva que la que se utiliza hasta ahora para detectar esta enfermedad, que afecta a 46,8 millones de personas en todo el mundo. Así, el paciente podría tomar medidas a tiempo para contrarrestar el deterioro producido por la misma.
De acuerdo con el neurólogo Marc Suárez-Calvet, quien participó de esta investigación, se encontró que algunos de estos marcadores resultan ser tan útiles para detectar Alzheimer como los mismos determinados con la prueba de referencia utilizada hasta el momento, es decir, el análisis del líquido cefalorraquídeo obtenido por punción lumbar.
La investigación, en la que participaron 197 personas con diferentes patologías neurológicas, fue publicada por la revista Alzheimer’s & Dementia, y se constituye, para los científicos involucrados, en un paso de grandes dimensiones para disponer de herramientas de diagnóstico precoz de esta enfermedad degenerativa.
“La conclusión es que realmente tenemos biomarcadores en sangre que pueden ser muy útiles en el diagnóstico del Alzheimer en la práctica clínica diaria, aunque todavía no se puede incorporar en el día a día y no puede sustituir la prueba estándar, la punción lumbar y el análisis del líquido cefalorraquídeo”, admitió Suárez-Calvet, responsable del Grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Translacional del BBRC.
Dichos resultados también permitirán “mejorar el diagnóstico de los pacientes que tienen problemas cognitivos y escoger mejor a qué personas hacer la prueba de referencia, que sigue siendo la punción lumbar”, explicó el médico.
Esta investigación sobre la detección temprana del Alzheimer se conoce en momentos en que también la ciencia lucha por hallar un medicamento eficaz contra la enfermedad.
El laboratorio Roche reconoció públicamente esta semana el fracaso de su ensayo de un nuevo fármaco contra esta enfermedad degenerativa. Es que, en dos estudios distintos, no ha conseguido mostrar un significativo retraso de la progresión de la enfermedad, contrario a lo mínimo esperado y las expectativas de millones de pacientes en el mundo.
El fármaco, llamado gantenerumab y concebido para las fases iniciales de la enfermedad, cuando la afectación neurológica aún es leve, muestra una ligera mejora, pero no la suficiente para preservar la memoria y la capacidad de orientación o de resolver problemas, de forma que no justifica el desarrollo del producto, admitió la empresa farmacéutica sueca.