El dióxido de carbono es un gas incoloro y sin olor. Se trata de un producto de desecho producido por el cuerpo cuando utiliza alimentos para obtener energía, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

La sangre es la encargada de transportar el dióxido de carbono del cuerpo a los pulmones. Al exhalar, la persona elimina dióxido de carbono (CO2). Tener demasiado o muy poco dióxido de carbono en el torrente sanguíneo normalmente está relacionado con un problema de salud.

Cuando hay demasiado dióxido de cabono se presenta una afección llamada hipercapnia, la cual normalmente se da como resultado de la hipoventilación o de no poder respirar adecuadamente y llevar oxígeno de manera adecuada a los pulmones, precisa el portal Healthline.

Los expertos aseguran que si el cuerpo no recibe suficiente oxígeno fresco o no se deshace del CO2, es posible que la persona deba jadear o inhalar repentinamente una gran cantidad de aire para equilibrar sus niveles de oxígeno y CO2.

Si bien en la mayoría de los casos esta situación no debe ser motivo de preocupación, también es posible que la hipercapnia sea una señal de afecciones subyacentes que afectan la respiración y la sangre y por ello se le debe prestar especial atención.

Si hay mucho dióxido de carbono en la sangre es posible que las personas no puedan respirar bien. | Foto: Haag + Kropp GbR / artpartner-images.com

Los síntomas de esta afección pueden ser leves o fuertes. En el primer caso, es posible que se presente piel enrojecida, somnolencia o incapacidad para concentrarse, dolor de cabeza leve, que la persona se sienta desorientada o mareada, sensación de falta de aliento y sentirse anormalmente cansado o agotado. La recomendación de los especialistas es que si estos signos persisten por varios días se consulte al médico.

Una persona también puede experimentar señales graves y esto se da cuando hay hipercapnia severa, la cual representa una amenaza mayor, pues en ocasiones impide que la persona respire correctamente. A diferencia de la leve, el cuerpo no tiene la posibilidad de corregir rápidamente los síntomas y esto puede ser muy dañino o fatal si el sistema respiratorio se vuelve disfuncional.

Se debe consultar de manera inmediata con el médico si se presentan los siguientes síntomas:

  • Sensación inexplicable de confusión.
  • Sentimientos anormales de paranoia o depresión.
  • Espasmos musculares anormales.
  • Ritmo cardíaco irregular.
  • Hiperventilación.
  • Convulsiones.
  • Ataque de pánico.
  • Desmayos.

Causas

Las principales causas relacionadas con esta afección están dadas por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida como EPOC, que dificulta que una persona pueda respirar normalmente.

La EPOC tiene mucho que ver con el consumo de cigarrillo o con respirar aire nocivo en ambientes contaminados. Con el tiempo, esta enfermedad hace que los alvéolos (sacos de aire) de los pulmones pierdan la capacidad de estirarse a medida que absorben oxígeno.

Provoca tos y problemas para respirar, falta de aire, opresión en el pecho y otros síntomas. “Los síntomas de la EPOC con frecuencia se desarrollan lentamente, pero empeoran con el tiempo, y pueden limitar la capacidad para hacer las actividades de rutina”, precisa el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos.

La EPOC también lleva a que la tráquea y las vías respiratorias que conducen a los alvéolos, llamados bronquiolos, se inflamen. El bloqueo y la inflamación impiden que el aire entre y salga de los pulmones y la consecuencia es que el cuerpo no puede deshacerse del CO2, generando que se acumule en el torrente sanguíneo.

Las afecciones nerviosas y musculares también en ocasiones causan hipercapnia. En algunas afecciones, es posible que los nervios y los músculos que ayudan a respirar no funcionen correctamente. Estos incluyen el síndrome de Guillain-Barré, que afecta la capacidad para obtener suficiente oxígeno y puede generar demasiado CO2 en el torrente sanguíneo.

Por último, en algunos casos es una afección que también es resultado de un problema genético y se da cuando el cuerpo no produce suficiente proteína llamada alfa-1-antitripsina, la cual es usada por el cuerpo para mantener sanos los pulmones.

Para hacerle frente a esta afección es posible utilizar ventiladores, medicamentos, terapias y en ocasiones es necesario recurrir a la cirugía para tratar o reemplazar las vías respiratorias o los pulmones dañados.