La tiroides es una glándula ubicada en el cuello que se encarga de producir las hormonas tiroideas que controlan el ritmo de muchas actividades del cuerpo, directamente relacionadas con el metabolismo.
Existen enfermedades y trastornos capaces de afectar la tiroides, por lo general, causando la producción excesiva o insuficiente de esas hormonas que el cuerpo necesita. Esto, a su vez, puede causar otros problemas en otras partes del organismo.
Uno de estos padecimientos es el hipotiroidismo. El portal español Clínica Universidad de Navarra explica que todo nace por la disminución de hormonas tiroideas.
“La secreción de TSH (hormona tiroidea) aumenta en un intento de conseguir que la tiroides trabaje al máximo para recuperar el nivel normal de hormonas tiroideas, situación que no se consigue cuando el hipotiroidismo se encuentra ya establecido. Las hormonas tiroideas son fundamentales para que se lleven a cabo la mayoría de funciones del organismo”, afirmó la Clínica.
“Al principio, los síntomas del hipotiroidismo son apenas perceptibles, como el cansancio o el aumento de peso. O simplemente puedes atribuírselos al envejecimiento. A medida que el metabolismo continúa ralentizándose, es posible que los problemas sean más evidentes”, señala Mayo Clinic.
Este portal recoge que algunos de los síntomas frecuentes son el estreñimiento, los ronquidos, colesterol alto, fatiga, sensibilidad al frío, ritmo cardiaco lento, piel seca, en mujeres se presentan períodos menstruales irregulares, rigidez musculares y en las articulaciones, hinchazón especialmente en el rostro, deficiencias en la memoria y hasta depresión.
Ante este panorama, existen alimentos que puede ingerir para combatir este padecimiento de forma complementaria.
Huevos
Los huevos son una excelente fuente de yodo, un mineral esencial para la producción de hormonas tiroideas, cuya deficiencia está asociada con problemas tiroideos. Es importante tener en cuenta que la parte más nutritiva del huevo es la yema; la clara, aunque contiene proteínas y actúa como protectora de la yema, es la parte que a menudo causa reacciones alérgicas en personas intolerantes.
Además de ser ricos en yodo, los huevos también contienen una gran cantidad de aminoácidos esenciales que proporcionan energía sin sobreestimular el sistema nervioso. Esta característica permite obtener energía a largo plazo y ayuda a evitar la sensación de hambre.
Nueces
Aparte de sus numerosos beneficios, las nueces son una excelente fuente de selenio, un mineral reconocido por su capacidad para activar la función tiroidea y por su acción antioxidante. Además de estos atributos, las nueces tienen la capacidad de proporcionar sensación de saciedad, lo que las convierte en aliadas útiles en la pérdida de peso. También contribuyen a mejorar el funcionamiento del sistema nervioso y del sistema inmunológico, ofreciendo así beneficios adicionales para la salud.
Pollo
El pollo es una fuente rica en proteínas y zinc, un mineral beneficioso para la función tiroidea. Su versatilidad culinaria permite que se integre fácilmente en el menú semanal de cualquier persona sin causar monotonía. Puede disfrutarse de diversas maneras, como con guacamole, en brochetas con tomates y zanahorias baby, o con salsa de queso. Además, los productos lácteos, como el queso, también aportan yodo, selenio, zinc y varias vitaminas del grupo B, lo que los convierte en opciones nutricionales valiosas.
Semillas de chía
Esta semilla altamente beneficiosa no solo cuenta con propiedades antiinflamatorias, sino que también actúa como un supresor del apetito muy eficaz. Este atributo es crucial para evitar el aumento de peso no deseado asociado al hipotiroidismo. Puede incorporarla en la dieta de varias maneras, ya sea en pudines, yogures o esparciéndola sobre ensaladas. Al hacerlo, experimentarás una sensación de saciedad en el estómago, lo que te llevará a comer menos de forma natural.