Ser mamá es para miles de mujeres todo un sueño. Aunque causa incertidumbre el proceso, sumado a la gran responsabilidad que se enfrenta, es algo que muchas mujeres quieren experimentar en su vida.
Sin embargo, hay quienes prefieren evitarlo a toda costa y utilizan métodos anticonceptivos para poder disfrutar de la sexualidad, sin el hecho o el deseo persistente de quedar en embarazo durante un periodo determinado.
Dejando de lado ese asunto, hay que decir que el cuerpo humano empieza a generar reacciones ante los diferentes estímulos y situaciones a las que se enfrente.
Dicho esto, cuando una mujer queda en estado de embarazo, es decir, luego de que el óvulo es fecundado por el espermatozoide, y este empieza a crecer, los órganos internos que están alrededor del útero (donde está el embrión que se convertirá en feto) empiezan a acomodarse para que el mismo pueda seguir desarrollándose.
Hay que decir que no todos los organismos son iguales, pues hay síntomas y reacciones que varían entre una mujer y otra, por lo que no hay una regla con exactitud.
De hecho, algunas mujeres experimentan un fuerte dolor bajo cerca de la pelvis, que las hace acudir a urgencias médicas y allí les hacen el test de embarazo por examen de sangre, lo que permite ver que está embarazada.
Otras pueden tener mareos, o náuseas, “entre la 2.ª y la 8.ª semana de embarazo. Generalmente, estos síntomas desaparecen en la 16.ª semana”, según Clear Blue. Al igual que sensación de fastidio por algún olor específico, o de repente se les abre el apetito y quieren comer mucho, sin necesidad de que se trate de una conducta ansiosa.
Asimismo, hay quienes tienen su período menstrual muy puntual y un retraso en este es alarma y pone sobre aviso a quien le ocurre este tipo de cambio. Sin embargo, desde el Instituto Nacional de la Salud infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD, por sus siglas en inglés), enfatizan EN que esto no necesariamente significa embarazo.
Así, mencionan algunos de los primeros síntomas cuando una mujer está embarazada: “Mamas o pezones sensibles o hinchados. Las mujeres pueden notar este síntoma incluso una o dos semanas después de la concepción. Los cambios hormonales pueden provocar dolor o sensación de hormigueo en las mamas”.
De igual manera, registra que algunas damas sienten fatiga, y/o cansancio, “dado que sus cuerpos están produciendo mayores cantidades de una hormona denominada progesterona, la cual ayuda a mantener el embarazo y promueve el crecimiento de las glándulas que producen leche en las mamas”.
Agregan que “el cuerpo bombea más sangre para llevar nutrientes al feto”.
De igual manera, en Clear Blue registran que es posible que se experimenten más ganas de ir al baño, ello ocurre “entre las seis y ocho semanas después de la concepción, es posible que necesite orinar con más frecuencia. Esto se debe a que el útero crece y presiona la vejiga. Al finalizar el primer trimestre, el útero sube al abdomen, lo cual libera algo de esa presión sobre la vejiga”.
Al igual que los calambres, añaden, “durante el primer trimestre y, a veces, en una etapa más avanzada del embarazo, puede sufrir calambres en las piernas o los pies. Esto se debe a cambios en la forma en que el organismo procesa el calcio”.