El cáncer en los huesos es una enfermedad compleja que se origina en las células óseas. Este tipo de cáncer puede ser primario, cuando se inicia directamente en el tejido óseo, o secundario, cuando es una extensión de cáncer de otro órgano. Según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de los Estados Unidos, los tumores óseos primarios son relativamente raros en comparación con otros tipos de cáncer, siendo más comunes en personas jóvenes.

El cáncer óseo comienza cuando las células del hueso empiezan a crecer de manera descontrolada. De acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, estos crecimientos anormales pueden formar tumores que pueden ser benignos o malignos. Los tumores malignos, que son cancerosos, tienen la capacidad de invadir tejidos cercanos y extenderse a otras partes del cuerpo, un proceso conocido como metástasis.

Entre los tipos de cáncer óseo primario más comunes se encuentran el osteosarcoma, el condrosarcoma y el sarcoma de Ewing. Según la Sociedad Americana del Cáncer, el osteosarcoma suele aparecer en los huesos largos, como los del brazo y la pierna, y es más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes. El condrosarcoma se origina en el cartílago, mientras que el sarcoma de Ewing afecta a los huesos y tejidos blandos cercanos, siendo más frecuente en niños y adolescentes.

El cáncer en los huesos es una enfermedad compleja que se origina en las células óseas. | Foto: Getty Images

La causa exacta del cáncer en los huesos no se conoce del todo, aunque se han identificado algunos factores de riesgo. De acuerdo con la Fundación para la Investigación del Cáncer en los Huesos (BCRF), factores genéticos y condiciones médicas preexistentes pueden influir en el desarrollo de estos tumores. Además, algunas condiciones genéticas raras, como la enfermedad de Paget o el síndrome de Li-Fraumeni, pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer óseo.

El diagnóstico de cáncer óseo suele implicar una combinación de pruebas, como radiografías, tomografías computarizadas (TC), resonancias magnéticas (RM) y biopsias. Según el NCI, una biopsia, en la que se extrae una muestra de tejido para examinarla bajo un microscopio, es esencial para confirmar la presencia de células cancerosas y determinar el tipo exacto de tumor.

Tratamiento contra el cáncer de hueso

El tratamiento del cáncer óseo varía según el tipo, tamaño, ubicación del tumor y la salud general del paciente. Las opciones incluyen cirugía para extirpar el tumor, radioterapia para destruir células cancerosas y quimioterapia para eliminar células cancerosas en todo el cuerpo. Según el CDC, los avances en tratamientos han mejorado las tasas de supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con cáncer óseo.

El cáncer en los huesos es una enfermedad seria que requiere atención médica especializada. La detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar el pronóstico y el bienestar general de los pacientes.

El diagnóstico de cáncer óseo suele implicar una combinación de pruebas, como radiografías, tomografías computarizadas (TC), resonancias magnéticas (RM) y biopsias. | Foto: Joas Kotzsch