La diabetes es una “enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula la concentración de glucosa en la sangre, es decir, la glucemia”; de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Así, son dos los tipos de diabetes que hay.
“Un efecto común de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (es decir, la glucemia elevada) que, con el tiempo, daña gravemente muchos órganos y sistemas del organismo, sobre todo los nervios y los vasos sanguíneos”, agrega el organismo internacional.
Por su parte, el portal Medline Plus, informa que la glucosa o azúcar que recibe el cuerpo, esta proviene de los alimentos que se consumen a diario y depende de la carga calórica que cada producto tenga, pues hay algunos que tienen más azúcar que otros.
Y agregan que altas cantidades de glucosa en la sangre pueden desencadenar enfermedades como daño a los ojos, los riñones o los nervios.
La diabetes “también puede causar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y la necesidad de amputar un miembro. Las mujeres embarazadas también pueden desarrollar diabetes, llamada diabetes gestacional”.
Vale mencionar que la glucosa es realmente necesaria, pues esta es la principal fuente de energía que el cuerpo utiliza para ejecutar las actividades diarias, ya que está en cada célula del cuerpo.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, son varios los factores de riesgo que permitirían el desarrollo de esta enfermedad, ya sea, prediabetes o diabetes tipo 2, tipo 1 o gestacional:
- Tener sobrepeso.
- Ser mayor de 45 años.
- Antecedentes familiares: Diabetes tipo 2 en alguien de la familia de primer grado de consanguinidad (padres o hermanos).
- “Ser afroamericano, hispano o latino, indoamericano o nativo de Alaska. (Algunos nativos de las islas del Pacífico y asiaticoamericanos también tienen un riesgo mayor)”.
Así las cosas, en Mayo Clinic recomiendan tener en cuenta algunos pasos sencillos, para evitar padecer esta enfermedad. Esto se resume en perder peso: aumentando el ejercicio o actividad física, modificando la dieta (la alimentación a una que sea balanceada en las porciones y horarios).
En cuanto a moverse y dejar el estilo de vida sedentario, que no solo ayudará para el cuerpo, sino también a la mente.
En el portal sugieren que unos 30 minutos de ejercicio (en cualquiera de sus formas) de tres a cinco días a la semana, aliviará notablemente los síntomas de la depresión o la ansiedad. No obstante, si se practican al menos 10 o 15 minutos, podrían “marcar la diferencia”.
¿Qué consumir?
Así como el portal sugiere incluir grasas saludables y vegetales en la dieta diaria e irla modificando para reducir el exceso de peso, como por ejemplo:
- “Aceite de oliva, girasol, cártamo, semilla de algodón y canola.
- Frutos secos y semillas, como almendras, cacahuates, linaza y semillas de calabaza.
- Pescados grasos, como el salmón, la caballa, las sardinas, el atún y el bacalao
- Frutas (tomates, pimientos y frutas de los árboles).
- Legumbres, como frijoles, garbanzos y lentejas
- Cereales integrales, como pastas y panes integrales, arroz integral, avena entera y quinua”.
Es importante trabajar en la prevención de las enfermedades, ya que la cura, puede resultar más costosa en cuestiones de la calidad de la vida misma, afectando también la economía de quien la padece y su familia.