En un webinar organizado por la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), que agrupa a algunas EPS del régimen contributivo, varios expertos se refirieron a la reforma a la salud que se está discutiendo en la actualidad en el Congreso de la República.
Ramón Abel Castaño, doctor en Política y Salud Pública, expuso algunos detalles sobre las redes integradas e integrales de servicios de salud que se proponen en la reforma.
Para empezar, se refirió al enfoque de silos territoriales que se expone en la reforma a la salud. Sostuvo que en el modelo de salud actual las EPS funcionan como silos poblacionales, pues reciben recursos para prestar atenciones a sus propios afiliados.
“Desde el punto de vista de las redes, hoy en día están estructuradas en silos poblacionales”, sostuvo Castaño. “Lo que propone la reforma es que las personas se organicen por silos territoriales, es decir, que estén separadas por territorios”, explicó el experto. Y señaló que las redes integrales solo podrán atender un territorio, con el fin de que en esa misma red se solucionen casi todas las necesidades en salud que tienen los ciudadanos.
No obstante, señaló que esto podría ir en detrimento de la libertad de elección, pues si las personas quieren escoger un centro de atención primaria en un área distinta a su residencia, va a ser bastante difícil.
Así mismo, se refirió a los programas especializados, que se les prestan a pacientes que tienen enfermedades puntuales. “Las redes integradas tienen bajos costos de coordinación, porque la gente está en el mismo territorio, en un solo prestador. Esto permite que fácilmente el paciente fluya a la mediana y alta complejidad y regrese a la atención primaria”, detalló el académico.
“El problema es que los programas especializados bajo esa lógica quedan atomizados”, indicó. En esa medida, señaló que pueden generar altos costos cuando no hay disponibilidad de los servicios en la misma red integrada que atiende a los pacientes en un territorio determinado.
“Ese problema realmente se ha resuelto en los programas especializados, porque han desarrollado capacidades de coordinación”, dijo Castaño. Por ello, sostuvo que el gran reto es lograr que las personas sigan accediendo a esos servicios de especialización mientras son atendidos por las redes integrales que están distribuidas territorialmente.
Mientras tanto, Diana Pinto Masis, especialista en economía y política internacional de salud, afirmó que lo importante de la red de atención sea diseñado lo suficientemente bien como para garantizar el cuidado integrado de los pacientes, es decir, que los ciudadanos accedan a servicios de salud a través de proveedores y sistemas de soporte continuo a lo largo del tiempo y que pueda adaptarse a sus necesidades.
De otro lado, Gustavo Adolfo Campillo, presidente de la Fundación Rasa, sostuvo que las redes de salud tienen el deber de prestarles a los ciudadanos servicios en cada nivel de complejidad.
Y señaló que una de las preocupaciones que tienen con relación a la reforma a la salud es el modelo de pagos por eventos de salud.
“Seguramente, el prestador va a querer capturar al paciente para poder facturar el mayor número de eventos, que podrían ser competencia de otros niveles de complejidad. Me explico, en el caso de un paciente con hemofilia que tiene un sangrado, posiblemente un prestador de segundo nivel va a querer cautivar ese paciente, para tener mayor facturación. Lo puede poner en riesgo”, dijo Campillo.
También manifestó que otro temor que tienen con respecto al planteamiento de la reforma a la salud tiene que ver con la distribución de los pacientes. Indicó que puede haber una fragmentación entre los centros de atención primaria si las redes de atención de segundo nivel no está en el mismo territorio.
Por su parte, Mauricio Serra Tamayo, gerente ejecutivo de la EPS Compensar, aseguró que ya llevan un largo tiempo trabajando en la articulación de las redes. Y señaló que, sin embargo, la idea de distribuir los servicios de salud teniendo en cuenta los territorios “agregaría un gran valor”, pues habría un trabajo articulado con las autoridades locales y los aseguradores.
“Pero no puede desconocer que para ciertos eventos ese abordaje territorial es muy complicado”, señaló Serra.