La metástasis se presenta cuando las células cancerosas se desprenden del tumor original o primario, viajan por el cuerpo a través de la sangre o el sistema linfático y forman un tumor nuevo en otros órganos o tejidos. El peor escenario para cualquier paciente con cáncer.
El cáncer es la segunda causa más frecuente de morbilidad y mortalidad en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. En 2021, 20 millones de personas fueron diagnosticadas por primera vez con esta enfermedad y 10 millones más murieron a causa de ella. En Colombia, de acuerdo con el Ministerio de Salud, el cáncer cobró la vida de más de 50.000 personas durante 2020.
Los tipos más comunes de cáncer fueron mama, próstata, colon y recto, estómago y pulmón.
De ahí el creciente interés de la ciencia por entender la metástasis y sus alcances en los millones de pacientes que padecen esta enfermedad. Por ello, para comprender mejor las características genómicas de la metástasis se dieron a conocer los resultados de dos estudios, los cuales fueron publicados este miércoles en las revistas Nature y Nature Genetics.
Ambas investigaciones fueron lideradas por el doctor Francisco Martínez Jiménez, jefe del Grupo de Inmunogenómica Computacional del Vall d’Hebron Instituto de Oncología, VHIO, junto a investigadores del Centro de Medicina Molecular de la Universidad de Utrecht y de la Fundación Médica Hartwig (Países Bajos).
Los estudios del VHIO ofrecen el mayor repositorio que se conoce hasta ahora de datos de secuenciación del genoma completo de más de 70 tipos de cáncer diferentes, que incluyen más de 7.000 muestras de tumores, una información que sirve para comparar e identificar patrones en las metástasis.
Como se sabe, durante el proceso de metástasis, las células tumorales de un tumor primario se desprenden y colonizan un tejido secundario, lo que provoca un ambiente hostil que a menudo es capaz de resistir regímenes de tratamiento agresivos y representan la principal causa de muerte asociada al cáncer.
El artículo publicado en Nature describe concretamente las diferencias genómicas globales encontradas al comparar los tumores primarios con los metastásicos de 71 tipos de cáncer diferentes y más de 7.000 muestras tumorales.
Es un hallazgo significativo pues se trata de la primera vez que se genera un conjunto de datos de secuenciación completa del genoma tumoral de esta magnitud. Se trata de unos datos que son públicos y que están a disposición de los investigadores para conocer la biología y la evolución del cáncer, y poder trabajar en el desarrollo de nuevas terapias.
Numerosos análisis, hasta el momento, se enfocaban en regiones específicas del genoma que son relevantes para el cáncer, pero estos estudios han logrado extenderlo a todo el genoma humano, para más de 7.000 pacientes.
En todo caso, todo depende del tipo de tumor. Esa es una de las conclusiones que se desprende del análisis de las diferencias genómicas entre los tumores primarios y los metastásicos.
Es que, en ciertos tipos de tumores, entre ellos el de páncreas, las diferencias genómicas entre los tumores primarios y metastásicos son sutiles, mientras que en próstata, tiroides y algunos tipos de cáncer de mama hay diferencias genómicas significativas.
El estudio también ha permitido identificar un conjunto de alteraciones genómicas enriquecidas en los tumores metastásicos que podrían estar asociadas a la adquisición de resistencia a determinadas tratamientos contra el cáncer.
Además, el estudio que se publica también en la revista Nature Genetics demuestra un análisis de las alteraciones genómicas que permiten a los tumores escapar del sistema inmune, así como una comparación de su prevalencia en tumores primarios y metastásicos.
Los resultados del análisis de la misma cohorte de 7.000 muestras han revelado que uno de cada cuatro pacientes tiene dichas alteraciones genómicas, aunque la prevalencia varía en función del tipo de cáncer.
Asimismo, la comparación entre tumores primarios y metastásicos desveló que apenas existen diferencias entre ambas etapas: Esto lleva a pensar que la mayoría de los tumores probablemente adquieren la capacidad de evadir el sistema inmune en etapas muy tempranas de su evolución, aseguró uno de los investigadores.