El 28 de octubre de 2022, dos meses antes de morir, el papa Benedicto XVI le envió una carta a su biógrafo, el periodista alemán Peter Seewald, quien estuvo al tanto de su vida incluso antes de que se convirtiera en la cabeza del Vaticano.
En la misiva, revelada por la revista semanal alemana Focus, Joseph Ratzinger explicó que “el motivo central” de su renuncia al frente de la Iglesia católica en febrero de 2013 fue “el insomnio que [lo] acompañaba sin interrupción desde las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia”, en agosto de 2005, meses después de haber sucedido a Juan Pablo II.
Pese a que empezó a usar un potente tratamiento farmacológico, el insomnio lo hizo sufrir durante los siguientes años.
Su médico personal le recetó lo que el papa denominó como “remedios potentes”, que en un primer momento le permitieron mantener la carga de trabajo. Pero según el papa emérito, los somníferos alcanzaron con el tiempo sus “límites”.
Tuvo un incidente por los somníferos
El sumo pontífice también señaló que el consumo de fármacos para conciliar el sueño le habría originado un incidente durante un viaje a México y Cuba en marzo de 2012.
La mañana consecutiva a la primera noche, Benedicto XVI constató que su pañuelo estaba “totalmente empapado de sangre”, según la carta citada por Focus. “Debí de golpearme por algún lado en el baño, y me caí”, escribe el pontífice.
En ese entonces, el médico que lo atendía encontró la forma de que las heridas no fueran visibles, y un nuevo galeno personal insistió después del incidente en que se le redujeran los somníferos al papa alemán. Igualmente, le aconsejó que solo se dejara ver por la mañana durante sus viajes al extranjero.
Así decidió que renunciaría
En la carta, Ratzinger dice ser consciente de que estas restricciones médicas “solo eran sostenibles por un período corto de tiempo”. Aceptar esa realidad lo llevó a anunciar su renuncia en febrero de 2013, meses antes de las Jornadas Mundiales de la Juventud de Río de Janeiro, que no se veía capaz de “afrontar”.
De esa manera, dimitió lo suficientemente temprano para que su sucesor, el papa Francisco, pudiera cumplir con la visita a Brasil. El papa emérito Benedicto XVI, que sorprendió al mundo con su renuncia, falleció en el monasterio de los jardines vaticanos en los que vivía retirado.
Su pontificado estuvo marcado por numerosas crisis, como el escándalo Vatileaks en 2012, que dejó al descubierto una amplia red de corrupción en el Vaticano, o los casos de abusos sexuales a menores cometidos por religiosos en varios países del mundo.
Estas son las complejas consecuencias de padecer insomnio
Pese a que es conocido por provocar dificultades para conciliar el sueño, ese no es el único síntoma del insomnio.
De hecho, según Medline, la plataforma de información en salud de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, ha señalado que también hay otras manifestaciones del insomnio que pueden tener en cuenta los profesionales de la salud.
Por ejemplo, algunas manifestaciones de esta condición médica son las interrupciones frecuentes del sueño durante la noche, el despertar prematuramente, el cansancio constante durante el día e incluso tener microsueños durante una jornada diurna.
“Las personas que sufren de insomnio algunas veces están pensando en forma vehemente en dormir lo suficiente. Pero cuanto más tratan de dormir, más frustrados y desilusionados se sienten y conciliar el sueño se vuelve más difícil”, se puede leer en Medline.
Aunque la mayoría de personas pueden mejorar su descanso por medio de mejorar la higiene del sueño (estableciendo un horario, asegurándose de que hay un ambiente adecuado para dormir), hay casos como el del papa Benedicto XVI en los cuales los pacientes requieren de fármacos que les ayuden a mejorar su condición.
“Algunas personas pueden necesitar medicamentos para ayudarlos con el sueño por un período corto de tiempo. Pero en el largo plazo, hacer cambios en los hábitos de vida y del sueño es el mejor tratamiento para conciliar el sueño y permanecer dormido”, concluye Medline.