La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recibido, en lo que va de año, hasta 25 notificaciones de países que registran casos de cólera, por lo que el organismo internacional sigue evaluando el riesgo a nivel mundial como “muy alto”. Lo anterior, teniendo en cuenta “el gran número de brotes y su expansión geográfica, así como la falta de vacunas y otros recursos”.
“Tras décadas de avances en la lucha contra el cólera, los casos vuelven a aumentar, incluso en países que no habían visto la enfermedad en años”, advierten desde la OMS.
Hay que decir que el cólera es una infección intestinal aguda que se propaga a través de los alimentos y el agua contaminados con la bacteria Vibrio cholerae, a menudo procedente de las heces.
Por tanto, con agua potable y saneamiento, el cólera puede prevenirse, dice la OMS.
Desde que se publicó el más reciente informe de la situación sobre el brote multinacional de cólera, el 6 de julio de 2023 (que cubría los datos notificados hasta el 15 de junio), y hasta el pasado 15 de julio, se notificó un nuevo brote de cólera en la India el 15 de mayo de este año.
La más afectada continúa siendo la región de África, con 14 países que han notificado casos de cólera desde principios de este año.
La capacidad general para responder a los brotes múltiples y simultáneos sigue estando bajo presión debido a la falta global de recursos, incluida la escasez de la vacuna oral contra el cólera y de suministros para la enfermedad, así como a la sobrecarga del personal médico y de salud pública, que está haciendo frente a múltiples brotes paralelos de la enfermedad y a otras emergencias sanitarias.
En 2022, un total de 30 países notificaron brotes de cólera, un 50 % más que la media de años anteriores. Esta tendencia continúa en 2023. Los brotes recientes también han sido más mortíferos, con tasas de letalidad que son las más altas registradas en más de una década. “Puede matar en cuestión de horas si no se trata, pero el acceso inmediato al tratamiento salva vidas”, insisten desde el organismo sanitario de las Naciones Unidas.
Aunque los factores desencadenantes de los brotes de cólera -como la pobreza y los conflictos- son duraderos, el cambio climático y los conflictos están agravando el problema. Los fenómenos climáticos extremos, como inundaciones, ciclones y sequías, reducen el acceso al agua potable y crean un entorno ideal para que prospere la infección.
Cólera en América
Entre tanto, en Haití se habían reportado 175 fallecimientos en 2022, producidos por la enfermedad del cólera y más de 9.076 casos sospechosos de esa enfermedad en ocho de los diez departamentos del país.
De acuerdo con los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hasta la mitad de noviembre 7.623 de los casos sospechosos se encontraban internados en centros hospitalarios.
Por lo cual, Philippe Branchat, jefe de Misión de la OIM en Haití, anunció recientemente que el mundo debe emprender acciones “cuanto antes” para enfrentar la contingencia sanitaria. Así, la OIM solicitó una ayuda de 3,2 millones de dólares.
Esta emergencia de salud pública está estrechamente ligada a las precarias condiciones de acceso a servicios básicos. Esto se debe a que el cólera es una enfermedad bacteriana que se desencadena cuando una persona consume comida o agua que se encuentra contaminada con la bacteria vibrio cholerae. Los habitantes de zonas que no cuentan con agua potable son especialmente vulnerables a los brotes de esta mortal enfermedad.