Si se encuentra en España, la respuesta a la pregunta del titular es clara: al fisioterapeuta. Como explica el Colexio Oficial de Galicia (COFIGA), la osteopatía no está catalogada como profesión sanitaria a nivel legislativo, ni es una titulación oficial.
Partiendo de esta base, ningún curso o certificación en osteopatía –u otras formaciones, como quiropraxia– autorizará para abrir un centro sanitario. Legalmente, estas técnicas deben ser ejercidas por un/una fisioterapeuta, ya que en caso contrario se incurre en intrusismo.
Para aclarar posibles confusiones, se ha puesto en marcha el proyecto iKono. Se trata de colocar una cruz fucsia en la fachada (algo similar a la cruz verde de las farmacias) que identifique las clínicas de fisioterapia y garantice a los ciudadanos que acuden a un centro sanitario, en vez de un falso profesional.
El cuerpo humano como un todo
La osteopatía surgió en Estados Unidos en el siglo XIX como un sistema de tratamiento aplicado con las manos, lo que en parte explica su habitual asociación con la fisioterapia. La Real Academia Nacional de Medicina de España la define como una corriente que acepta la metodología de la medicina científica y se focaliza en la corrección de alteraciones mecánicas utilizando diversas técnicas manuales.
Para los osteópatas, el cuerpo humano es una unidad funcional donde todo se encuentra interconectado y con capacidad de autocuración. Esta visión global de nuestro organismo no es exclusiva de la osteopatía (que en ocasiones publicita como propia), ya que otras profesiones sanitarias adoptaron también desde hace tiempo una perspectiva más amplia. Un ejemplo es el enfoque biopsicosocial.
¿Terapia o pseudoterapia?
A día de hoy, el debate sobre su respetabilidad científica está lejos de haberse zanjado. Sin ir más lejos, el Ministerio de Sanidad mantiene a la osteopatía en evaluación como técnica susceptible de considerarse una pseudoterapia. No obstante, se trata de un listado extenso y en borrador donde aparecen disciplinas más aceptadas como la hidroterapia o el pilates.
Más claro lo tienen el Grupo de Investigación en Comunicación Científica (GRECC), para cuyos expertos entra sin duda en la categoría de pseudociencia, y la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, que la describe como una pseudoterapia que se encuentra en un vacío legal en España. Concretamente, destaca que la osteopatía visceral y craneosacra (basada en modificación de movimientos viscerales y craneales) carece por completo de base científica.
Una reciente publicación de International Journal of Osteopathic Medicine daba argumentos a estas tesis destacando algunas debilidades de la osteopatía, como la predilección por mecanismos de acción inverosímiles para sus técnicas y unas bases teóricas débiles. En el otro lado de la balanza, hay una clara aceptación de la osteopatía como parte de la fisioterapia en organizaciones colegiales de fisioterapia y el ámbito clínico. De hecho, su formación está extendida en el sistema universitario.
Muestra de este enconado debate son el libro Osteopatía, ¡vaya timo!, del fisioterapeuta Rubén Tovar Ochovo, y el informe emitido como respuesta desde el Registro de Osteópatas titulados en Fisioterapia de España (ROFE).
Situación legal: ¿quién puede ejercer la osteopatía?
El derecho a ejercer la profesión depende de la normativa de cada país. En Estados Unidos, la formación está equiparada a la de medicina. Un ejemplo de ello se vio claramente durante la pandemia de covid-19, cuando apareció en los medios de comunicación el médico-osteópata del expresidente Donald Trump.
Al igual que sucede en otros países de habla hispana, y como apuntamos anteriormente, en España no existen títulos oficiales de osteópata, masajista, quiromasajista o naturópata. Pero como figura en el Libro Blanco del Título de Grado en Fisioterapia, dentro de la formación del fisioterapeuta se encuentran métodos específicos como la osteopatía y otras terapias manuales. De todos modos, la formación específica se realiza principalmente en estudios de posgrado.
¿Debería cobrar más un fisioterapeuta por una sesión de osteopatía?
No hay ningún motivo que lo justifique. Los fisioterapeutas realizan una extensa formación de posgrado en otros ámbitos como fisioterapia deportiva, fisioterapia respiratoria, fisioterapia uroginecológica o en terapia manual sin aumentar la minuta por ello. Además, ese sobreprecio puede generar la idea errónea de que la fisioterapia es inferior a la osteopatía, cuando en realidad no se puede ejercer la osteopatía sin estudiar fisioterapia en la universidad.
A modo de ejemplo, una de las técnicas más llamativas en la osteopatía son las manipulaciones con impulso: maniobras rápidas que se asocian muchas veces a un chasquido articular. Estas técnicas, que a veces se llaman manipulaciones osteopáticas, en quiropraxia reciben el nombre de ajustes quiroprácticos y en fisioterapia, de forma genérica, manipulación o técnicas de alta velocidad y corta amplitud. No son, pues, un invento de la osteopatía o la quiropraxia. De hecho, algunos escritos desvelan que se utilizaron incluso antes de los tiempos de Hipócrates (siglo V a. e. c.).
Considerando todo lo expuesto, resulta complicado dictaminar fehacientemente si la osteopatía debe o no formar parte de la fisioterapia. Lo que deben tener en cuenta los fisioterapeutas, basándose en la evidencia, es que aunque el efecto de una técnica sea biológicamente viable, no constituye una prueba de que dicho efecto exista en verdad. No solo se deben comprender los mecanismos de una técnica o método, sino demostrar que un tratamiento realmente funciona.
Por: Lorenzo Antonio Justo Cousiño
Profesor de la Facultad de Fisioterapia. Fisioterapeuta, Doctor en Neurociencia, Universidade de Vigo
Artículo publicado originalmente en The Conversation