El suicidio es el nombre que se le da a la acción de una persona cuando atenta contra su propia vida, independientemente la manera. Muchas veces esto ocurre tras sufrir una profunda depresión, sentir que la vida no tiene sentido o que los problemas no tienen salida.
La Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés), indica que el suicidio se encuentra como una de las 20 causas principales de muerte a nivel mundial en todas las edades. Se estima que cada 40 segundos se presenta un suicidio y al menos 20 intentos; lo que representa más de 800 mil muertes al año.
Ante este panorama, la Organización Mundial de la Salud, registra que al menos 1 de cada 4 personas tendrá un trastorno mental y entre el 35 % y el 50 % de personas con esta afección, no recibirá ningún tratamiento.
Según el último boletín de Medicina Legal, en Colombia, de enero a mayo del 2022, 1.130 personas se quitaron la vida y desde enero hasta julio de 2023, 1.810 personas se suicidaron, presentando un incremento del 16 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Además, se destaca que la edad promedio está entre los 20 y 34 años, evidenciando un panorama desalentador en materia de salud mental.
Como medida de prevención del suicidio, se incluye el papel de los profesionales idóneos es determinante para brindar herramientas de apoyo que puedan fomentar la detección temprana de posibles casos, de acuerdo con Organización Panamericana de la Salud (OPS). Además, resulta clave que la atención y las políticas para prevención y atención sean acciones colectivas para abordar este tema de salud pública que nos afecta a todos.
La mayoría de las personas que piensan en suicidarse realmente no quieren morir, lo que desean es liberarse de las circunstancias intolerables de su vida y del sufrimiento emocional, mental y físico que sienten, manifiesta Luna Medina, directora de bienestar Universitario de Uninpahu.
Es por ello, que casi siempre viven en una constante ambivalencia entre razones para vivir frente a razones para morir, y es la conducta suicida la única alternativa que ven, agrega.
Por su parte, Andrea Zamora, psiquiatra en TeKer Salud, explica que “con este escenario, deben priorizarse las consultas con equipos psicosociales como psicología, psiquiatría, trabajo social y terapia ocupacional, que permita hacerle frente a esta problemática global, no solo para el tratamiento oportuno, sino para una prevención y promoción de la salud mental; la bandera que debemos defender son las acciones tempranas ante temas que hemos estigmatizado y normalizado durante años”.
En cuanto al suicidio infantil, de acuerdo con la doctora Gisella Martínez, pediatra de los centros médicos Colmédica, existen unas señales claras de alerta a los que se debe prestar atención para evitarlo, por ello recomienda identificar cambios de ánimo súbito: los niños y jóvenes pasan de estar muy alegres a muy tristes, se aíslan y no comparten con sus pares, presentan problemas de alimentación, lloran sin razón, entre otras.
Además, los niños y jóvenes pueden tener ideas negativas o de desesperanza, problemas para dormir o insomnio asociados al aislamiento. Si percibimos estas señales, debemos acudir cuanto antes a tener ayuda profesional, pues el suicidio normalmente no ocurre de la noche a la mañana, es una idea que se tiene desde hace un tiempo.