Este martes, 28 de mayo, las directivas de EPS Sura presentaron al Gobierno Nacional un Programa de Desmonte Progresivo con el que la entidad persigue retirarse del Sistema General de Seguridad Social en Salud, una solicitud que ya fue radicada ante la Superintendencia Nacional de Salud.
La medida generó preocupación pues esta EPS, considerada una de las tres más grande del país, tiene unos 5,3 millones de afiliados.
Una de las asociaciones que expresó su angustia es la Federación Colombiana de Enfermedades Raras, Fecoer, liderada por Diego Fernando Gil. A través de un comunicado, la entidad expresó “su profunda preocupación ante la crisis actual que afecta a las personas con enfermedades raras en Colombia. Esta situación obedece a la insuficiencia de los recursos necesarios para responder adecuadamente a las demandas del sistema de salud”.
Explican que la deuda acumulada en el sistema, “que hoy asciende a 1.5 billones de pesos, refleja la falta de oportunidad en el giro de recursos de presupuestos máximos y la ausencia de una búsqueda activa de fuentes alternativas de financiamiento”.
De acuerdo con Fecoer, Sura es la EPS que más afiliados con enfermedades raras tiene en el país, con aproximadamente el 21 por ciento de las personas que viven con estas condiciones. “La reciente decisión de Sura de modificar su manejo de estos pacientes genera una gran preocupación e incertidumbre en 18.010 personas que viven con estas enfermedades y sus familias”, señala la federación.
“Esta situación pone en riesgo el manejo integral y multidisciplinario de sus condiciones, así como sus vidas, en caso de no darse una transición adecuada y sin interrupciones en sus tratamientosa”, dice. Y advierte que esta preocupación se suma a la de 39.064 personas con enfermedades raras afiliadas a siete EPS intervenidas: Nueva EPS (13.087), Sanitas (13.383), Servicio Occidental de Salud (2.751), Famisanar (4.752), Emssanar (1.475), Asmet Salud (1.801) y Savia Salud (1.815).
A esto se añade Compensar, con 5.819 afiliados, que recientemente solicitó liquidación voluntaria. “La combinación de estas situaciones crea un panorama crítico para más de 57,074 pacientes, quienes dependen de una atención médica continua y especializada”, señala la entidad.
En numerosas ocasiones, dice la asociación, Fecoer manifestó “su preocupación tanto al Congreso de la República como al Gobierno. Sin embargo, no se han visto acciones efectivas que resuelvan la problemática. La falta de respuestas y medidas concretas agrava cada día la situación de miles de pacientes que dependen de un sistema de salud funcional y bien financiado”.
La crisis de Sura
En agosto pasado, tres de las EPS más grandes del país (Sura, Compensar y Sanitas) anunciaron, a través de una carta enviada al gobierno nacional, que estaban reventadas y que, si las cosas seguían como hasta entonces y no les pagan lo que les debían, no irían más. Por primera vez, las tres entidades, que reunían unos 13 millones de usuarios y 34.000 empleados, ponían una fecha para este temido adiós: el mes de septiembre de 2023.
Las EPS habían sacado sus números en rojos: Sura, Sanitas y Compensar no cumplirían con los indicadores financieros al finalizar ese año, pues habían agotado un capital cercano a los 400.000 millones de pesos, en el caso de Sura; 415.500 millones, en el caso de Sanitas, y 278.700 para Compensar, los cuales fueron construidos durante casi 30 años existencia. Dos razones expusieron para haber llegado a este punto: el pago de la UPC y los presupuestos máximos.